DWIGHT D. EISENHOWER
Dwight David Eisenhower es una figura
conocida como general y Presidente de los EEUU. Sin embargo, no lo es tanto la
historia de cómo Eisenhower, cuando era un joven oficial, ocupó algunos puestos
mediocres que muchos considerarían el fin de una carrera profesional, pero que
luego le rindieron grandes beneficios.
Este post describe su formación
profesional a través de un análisis de ascenso (y descenso) de Eisenhower por
los distintos grados militares. Ha sido redactado desde la perspectiva de cómo
se hace un líder, especialmente en el Ejército de EEUU. Y recalco aquí mi
convicción de que los líderes no nacen, se hacen.
Respaldando este argumento, la vida de Eisenhower nos muestra que los
grandes líderes no sólo se hacen, sino que se hacen a sí mismos.
Esta historia nos relata cómo Eisenhower
desarrolló su propio conocimiento profesional. La misma puede servir como
fuente de inspiración para el lector que enfrenta una misión no determinada en
su carrera por la sabiduría convencional, a fin de hallar el camino ideal hacia
la grandeza....
Primeros Años
David Dwight Eisenhower nació en Denison,
Texas, el 14 de octubre de 1890. Su madre invirtió el orden de sus nombres y
pasó a ser “Dwight David”, y lo llamaron así toda su vida. Algunos años después
la familia se mudó a Abilene, Kansas. Siguiendo la tradición de sus
padres, Eisenhower se adhirió a los Menonitas y a los Testigos de
Jehová, por lo que fue bastante inusual y difícil para esta familia de espíritu
pacífico y religioso aceptar que uno de sus siete hijos se marchara de casa
para ser soldado.
En la escuela obtuvo buenas calificaciones en inglés y en matemática, pero tenía una
inclinación especial por la historia, materia que estudiaba en casa. Su madre
tenía una gran biblioteca que guardaba bajo llave, pero Eisenhower encontró
la llave. Le gustaba particularmente la historia antigua. Estudiar las Guerras
Púnicas entre cartaginenses y romanos que luego le serviría en las campañas de
Italia y África del Norte durante la Segunda Guerra Mundial. Su gran héroe era Aníbal,
famoso por cruzar los Alpes con elefantes; hazaña que
luego Eisenhower realizaría a su manera. Era un buen tirador, sabía
defenderse en luchas cuerpo a cuerpo y descollaba como jugador de béisbol y
fútbol. En otras palabras, era un candidato ideal para ingresar a West Point.
Cadete en West Point
Fue casi por casualidad que Eisenhower
ingresó en el Ejército. Su mejor amigo, Swede Hazlett, lo convenció de que se
postulara para el servicio militar. En ese entonces se presentaba un solo
examen de ingreso para la
Academia de la
Armada y para la Academia Militar. Swede finalmente partió rumbo a
Annapolis, mientras que Eisenhower se dirigió a West Point. Sin
embargo, continuaron siendo grandes amigos y mantuvieron una estrecha relación
por correspondencia durante sus respectivas carreras. Cuando ya era
Presidente, Eisenhower asistió al funeral de este capitán retirado de
la Armada , lo
que revela su tendencia a entablar y cultivar amistades duraderas.
En West
Point, Eisenhower demostró ser un jugador de fútbol aguerrido como
mediocampista y defensor e incluso, fue destacado en el New York Herald por un
“espectacular touchdown” que logró anotar. Sin embargo, lamentablemente, una lesión en la rodilla lo alejó del
equipo de fútbol americano durante dos años lo que casi le costó su
nombramiento de oficial. Era, además, un destacado boxeador y hasta alcanzó el
rango de sargento abanderado. Excelente redactor, Eisenhower estaba entre
los diez mejores alumnos de su clase de inglés de primer año. Se graduó a los 24 años de edad en el puesto 61 en estudios académicos y en el
puesto 125 en deméritos del total de 164 alumnos.
Subteniente
En el Fuerte Sam Houston, Texas, además de
contraer matrimonio con Mary Geneva Doud, Eisenhower realizó
tareas de rutina como nuevo teniente en su regimiento, la 19ª Infantería. Según
se dice, también era bastante bueno jugando al póquer. Quien sería su futuro
suegro rebatió categóricamente su deseo de aprender a volar con la sección de
aviación del Cuerpo de Transmisiones, el incipiente Cuerpo de Aviación, por
considerarlo “demasiado peligroso”. (Sin embargo, mientras estaba en las
Filipinas en 1937, Eisenhower tomó clases de vuelo y hasta voló en solitario.)
Su fascinación inicial por la aviación luego se equipararía con su interés por
la guerra de tanques, en una época en que ambos artilugios bélicos recién se
hallaban en sus comienzos.
Eisenhower ascendió a teniente en 1916, a capitán en 1917 y a
mayor en 1918. Como dato de interés podemos mencionar que George S. Patton, de
la clase 1909 de West Point y subteniente durante siete años también se
convirtió en teniente, capitán y comandante en los mismos años que Eisenhower.
Tanto Eisenhower como Patton fueron ascendidos al rango de teniente coronel en
1918.
Teniente
Eisenhower se postuló para prestar
servicios en la
Expedición Punitiva a México liderada por el general “Black
Jack” Pershing, pero fue rechazado. Ésta no sería la última vez que se toparía
con dificultades para poder escuchar “el fragor de las armas”.
Su nombramiento como inspector general del
7º Regimiento de Infantería de Illinois, acuartelado en una tienda de campaña
en el Campamento Wilson, cerca del Fuerte Sam Houston, le brindó la oportunidad
singular de observar directamente las habilidades y limitaciones de las
unidades de la
Guardia Nacional. Con la aprobación del coronel del
regimiento, el joven teniente Eisenhower se encargó, en su totalidad, del
adiestramiento y preparación de todo el regimiento.
Luego ocupó el puesto de jefe de la
policía militar del Fuerte Sam Houston, oficial principal a cargo de hacer
cumplir la ley en el Fuerte, lo que le proporcionó conocimientos en asuntos
disciplinarios. Después, fue nombrado jefe de logística del recientemente
activado 57º Regimiento de Infantería, nuevamente en el Campamento Wilson. El
57º Regimiento de Infantería pasaría de ser un pequeño grupo dirigente de
oficiales sin cuarteles, carpas ni equipamiento a una potente organización
conformada por más de 3.000 tropas. Al igual que Ulysses S. Grant, quien se
desempeñara como intendente durante la guerra entre EUA y México, Eisenhower
asimiló lecciones esenciales de logística como oficial de menor antigüedad.
Capitán
Eisenhower estableció un programa que
luego enseñó a los aspirantes a oficiales de Infantería encomendados para
cumplir funciones en el Fuerte Oglethorpe, Georgia y luego capacitó a los
recién comisionados tenientes en el Fuerte Leavenworth, Kansas. Y si bien estas
no eran asignaciones de combate en las trincheras de Francia forjaron en él no
sólo las características esenciales de liderazgo requeridos a los jóvenes
oficiales, sino que también le enseñó a cómo enseñarlas. A pesar de la
significativa aportación que estaba realizando a la campaña de la guerra, no
podía evitar sentirse al margen del más grande acontecimiento que podía
impulsar su carrera profesional. El capitán Eisenhower se ofreció tantas veces
como voluntario para combatir durante la Primera Guerra
Mundial que realmente fue reprendido por ello.
Mayor
Al ser encomendado para cumplir funciones en
el 65º Batallón de Ingenieros en el Campamento Meade, Maryland, Eisenhower
formó parte del recién formado 301 º Batallón de Tanques Pesados. Ésta fue la
primera vez que pudo realizar un análisis profundo de los tanques. Luego se le
asignó la tarea de establecer el Campamento Colt en el campo de batalla,
Gettysburg, Pennsylvania, durante la Guerra Civil. Bajo su dirección, el Campamento
Colt pasó de ser sencillamente una idea a albergar al incipiente Cuerpo de
Tanques del Ejército conformado por unos 10.000 soldados. Es de suponer que las
lecciones que aprendió allí le renderían luego enormes beneficios al establecer
las áreas de concentración previa al “día D” en Gran Bretaña.
Eisenhower fue ascendido a teniente
coronel en el Campamento Colt el 14 de octubre de 1918 (el día de su 28º
cumpleaños y sólo tres años después de egresar de West Point) con la misión de
viajar a Europa en calidad de comandante de tanques. Sin embargo, en menos de
un mes, luego de pactarse el Armisticio, los planes de despliegue militar de Eisenhower
fueron suspendidos.
Y así fue como experimentó, en pequeña
escala, el sabor amargo de lo que significa disolver un ejército por completo.
Trasladó su unidad al Fuerte Dix, Nueva Jersey, donde dio de baja del servicio
militar al ochenta por ciento de sus tropas y luego movilizó lo que restaba de
la unidad en tren hasta el Fuerte Benning, Georgia. Esta experiencia le sería
de mucha utilidad luego de la
Segunda Guerra Mundial, cuando Eisenhower —en calidad de Jefe
de Estado Mayor del Ejército— encabezara una reducción de fuerzas de mayor
envergadura.
Además, en 1919 a Eisenhower se le
presentó una oportunidad única: sirvió en calidad de observador de un convoy
motorizado transcontinental. El primer día recorrieron sólo 47 millas en
aproximadamente siete horas, con tres interrupciones por averías. La travesía
completa por los Estados Unidos les tomó varios meses, a un promedio de menos
de seis millas por hora. Este valioso ejercicio capacitó a Eisenhower para
lidiar con la monumental tarea de coordinar el avance de tropas y logística en la Segunda Guerra
Mundial. Además, es muy probable que despertara en Eisenhower la imperiosa
necesidad de la nación de contar con mejores carreteras de alta velocidad y,
sin duda alguna, le sirvió de inspiración para construir el sistema de
autopistas interestatales que lleva su nombre.
Posteriormente en el Campamento Meade, Eisenhower
prestó servicios junto al Coronel George S. Patton, quien se graduó en cinco
años de la clase 1909 de West Point (si contamos su “primer” año como cadete en
el Instituto Militar de Virginia, a Patton en realidad le tomó seis años lograr
ese nombramiento). Patton obtuvo el quinto lugar en el pentatlón de las
Olimpíadas de 1912 y fue un héroe de combate. Eisenhower admiraba a Patton y
sentía por él un gran respeto por su experiencia de combate con fuerzas
blindadas. Los Patton y los Eisenhower eran vecinos y los dos hombres se hicieron grandes amigos, con una gran estima mutua por sus conocimientos
militares y de historia.
En Meade, el teniente coronel Eisenhower comandó la brigada de tanques más pesados (Mark VIII), mientras
que el Coronel Patton comandó la brigada de tanques más livianos (Renault).
Ambos se enfrascaron en la mecánica verdadera de la guerra mecanizada,
desarmando sus dos modelos de tanques hasta la última estría de rueda y perno.
Juntos experimentaron con tanques y desarrollaron sugerencias novedosas de cómo
debían utilizarse. Alejándose de la sabiduría tradicional del Departamento de
Guerra, visualizaron un valor más grande al utilizar tanques para lograr
avances rápidos en lugar de sólo apoyar a la infantería a una velocidad mínima.
Si bien no lo sabían en ese momento, este pacífico período de servicio conllevó
a una valoración de la guerra de blindados que luego se libraría en África del
Norte y en Europa y cultivaría una amistad que se mantuvo durante toda la
guerra a pesar de algunos altibajos.
1920
Cuando el Cuerpo de Tanques fue disuelto
en 1920, tanto Eisenhower como Patton volvieron al grado de capitán el 30 de
junio de 1920, pero inmediatamente fueron ascendidos a comandantes: Patton el 1
de julio de 1920 y Eisenhower el 2 de julio de 1920. Patton permanecería en el
grado de mayor durante los siguientes 14 años, Eisenhower por los siguientes 16
años. Trágicamente, durante este asignación en el Campamento Meade, los
Eisenhower perdieron a su primer hijo, Doud Dwight por causa de la
escarlatina. El jovencito permaneció en su habitación en cuarentena donde
falleció, mientras Eisenhower miraba tras la ventana desde el portal. El trauma
de esta tragedia lo acompañó hasta el día de su propia muerte.
Mientras se encontraban en el Fuerte
Meade, Eisenhower y Patton pasaron un día con el General de Brigada Fox Conner,
a quien le presentaron sus puntos de vista acerca de los tanques y la guerra de
blindados. Conner había sido oficial de operaciones de Pershing durante la Primera Guerra
Mundial y era considerado uno de los “cerebros” del Ejército, además de un
hombre de pensamiento renacentista. Ya bien entrada la noche, Conner dirigió la
mayor parte de sus preguntas a Eisenhower, a quien consideraba el más ingenioso
de los dos.
1922-1925
En 1922 Conner recurrió a sus influencias
con su antiguo jefe, el General John J. Pershing, luego Jefe de Estado Mayor
del Ejército (JEM), para que Eisenhower fuera asignado su oficial ejecutivo en
la 20ª Brigada de Infantería del Campamento Gaillard, Panamá. Aparte de ser un
suplente de Patton, Eisenhower no había tenido la oportunidad de contar con un
mentor hasta que llegó a la Zona
del Canal de Panamá. Aquí aprendió bajo el ala de un experto. Más adelante en
su carrera, Eisenhower se beneficiaría de las preferencias de Pershing,
MacArthur, Krueger, Marshall y Churchill. Sin embargo, Conner fue su primer
mentor y el mejor de todos.
Durante un periodo de tres años Conner
instruyó a Eisenhower en un programa intensivo de lectura de los mayores
pensadores del mundo, tales como Platón, Nietzsche y Shakespeare. Eisenhower
leyó textos de los grandes autores militares, en particular Memoirs de Grant y
Sobre la Guerra
de Clausewitz (obra que leyó tres veces). Siguiendo el método socrático, Conner
acondicionó el gusto de Eisenhower por la filosofía, la historia, la táctica y
la estrategia. Conner además inculcó en Eisenhower la idea de que el Tratado de
Versalles hizo que otra guerra fuese inevitable y que el próximo implicaría
también una guerra de coalición, pero en la misma el papel de EEUU sería más relevante.
Y así, en lugar de disfrutar de los apacibles días tropicales en Panamá jugando
al bridge y al polo, Eisenhower realizó el equivalente a una carrera
universitaria acelerada sobre estrategias y predijo lo que ocurriría 20 años
después.
1925-1927
A esta altura de su carrera, Eisenhower
experimentó un importante desafío político con la ayuda de su mentor, Conner.
En calidad de oficial de infantería, Eisenhower no fue seleccionado para
asistir a la Escuela
de Infantería del Fuerte Benning, Georgia ni a la Escuela de Comando y
Estado Mayor (ECEM) del Fuerte Leavenworth, Kansas, sino fue enviado —en contra
de sus deseos— nuevamente a Meade. A fin de superar este desaire Conner se las
ingenió para lograr el traslado temporal de Eisenhower de la Infantería al Grupo
Administrativo (GA) y luego le consiguió un puesto de reclutamiento en el
Fuerte Logan, Colorado. Era un puesto bastante indeseable, pero podría estar
cerca de sus suegros y por consiguiente sería beneficioso para su matrimonio. Y
ahora que Eisenhower era miembro del GA, el Comandante de ese grupo, a
solicitud de Conner, envió a Eisenhower a la ECEM aprovechando el cupo vacante en ese grupo.
El Jefe de Infantería le dijo a Eisenhower
personalmente que, por no haber estado en Benning no se encontraba preparado y
que fracasaría en Leavenworth. Pero Conner le aseguró a Eisenhower que allí se
destacaría. Eisenhower fue el graduado más sobresaliente de la clase 1926 y su
compañero de estudios Leonard T. Gerow —posteriormente su jefe en Planes de
Guerra— fue el segundo. Cuando se le solicitó aprobar la solicitud de Eisenhower
de un codiciado puesto de instructor en la ECEM , el Jefe de Infantería lo rechazó. En su
lugar, nuevamente, asignó a Eisenhower a Infantería en el Fuerte Benning, para
adiestrar al equipo de fútbol y comandar un batallón de infantería; tal vez no
la mejor asignación para el graduado más sobresaliente de la ECEM quien había comandado un
batallón de tanques ocho años atrás.
1927-1929
Una vez más, Fox Conner intervino en la
carrera de Eisenhower cuando lo asignaron para un puesto en la Comisión de monumentos de
batalla estadounidenses en Francia. Si bien esto podría considerarse
superficialmente otra desviación del camino hacia una “exitosa” carrera, el
Presidente de la Comisión
era el General del Ejército John J. Pershing, recientemente jubilado. Este
cargo le brindó a Eisenhower la posibilidad de vivir en Francia junto a su
familia y de caminar los campos de batalla de la Primera Guerra
Mundial, ganando de esta manera una apreciación directa de la guerra en la que
no había podido participar, así como valiosos conocimientos para la guerra que
pronto dirigiría.
Además de redactar una guía para los
campos de batalla estadounidenses en Francia, Eisenhower sirvió de redactor de
discursos para Pershing y lo ayudó con su autobiografía. Si bien Pershing tenía
fama de ser un jefe muy estricto, no escatimó elogios para Eisenhower. La
autobiografía de Pershing, My Experiences in the World War (Mis experiencias en
la Guerra Mundial )
luego obtendría en 1932 el Premio Pulitzer en historia.
El Mayor Eisenhower impresionó de manera
muy positiva a Pershing que incluso le permitió tomarse un tiempo libre de sus
responsabilidades en la
Comisión de Monumentos para asistir a la prestigiosa Escuela
Superior de Guerra del Ejército de EEUU), ubicada, en ese entonces, en el Fuerte
McNair, Washington, D.C.
Sin embargo, tal vez el logro más casual
de este viaje fue conocer e impresionar positivamente a George C. Marshall, en
ese entonces, Teniente Coronel. Marshall había trabajado para Pershing como
planificador durante la
Primera Guerra Mundial, en calidad de edecán del JEM y luego
asesor principal en la
Comisión de Monumentos. Allí, en la organización, su
desempeño fue estelar, quien luego multiplicaría por cuarenta las dimensiones
del Ejército en un periodo de tres años y que gracias a su buen ojo para
descubrir talentos lanzaría a Eisenhower al estrellato.
En la Primera Guerra
Mundial, el Coronel Marshall había sido el oficial de planificación del General
de Brigada Conner, quien era el jefe de operaciones (G3) del General Pershing,
Comandante de las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses ( AEF ) en Europa.
Estos tres hombres geniales influyeron en Eisenhower de diversos modos. Y
pronto Eisenhower conocería a otro hombre extraordinario Douglas MacArthur, un
héroe de guerra con numerosas condecoraciones (dos Cruces de servicio
distinguido, siete Estrellas plateadas, una Medalla de servicio distinguido y
dos Corazones púrpuras) a quien no le entusiasmaba el “grupo de Chaumont”, en
alusión a la ubicación del Cuartel General de las AEF y al Estado Mayor que
jamás se aventuró al frente, como lo hizo él.Pershing,
Conner, Marshall y
MacArthur tienen una interesante conexión que lo dice todo sobre la política
interna del Ejército de EEUU. En 1930 el General jubilado Pershing recomendó al
General de División Conner como Jefe de Estado Mayor del Ejército, pero en su
lugar fue elegido MacArthur quien era más joven. MacArthur y Marshall eran verdaderamente
contemporáneos —MacArthur era sólo once meses mayor que Marshall, y éste fue
comisionado (por el Instituto Militar de Virginia) sólo 16 meses antes que
MacArthur (de West Point). Sin embargo, en 1930, el recién ascendido MacArthur
lucia cuatro estrellas, mientras que Marshall exhibía la hoja de roble plateada
de Teniente Coronel. Finalmente, Marshall llegó al grado de Coronel en 1933,
pero MacArthur se negó a ascenderlo a General de Brigada a pesar de la
recomendación del General jubilado Pershing. No fue hasta un año después de un
largo e inusual período (cinco años) de MacArthur como JEM que Marshall fue
finalmente ascendido a General de Brigada (1936). Conner se jubiló de General
de División en 1938. Un año después, Marshall pasó de ser General de Brigada a
alcanzar el puesto de cuatro estrellas del JEM. Cinco años más tarde (en
diciembre de 1944), el JEM Marshall, en ese entonces jefe de MacArthur y de
Eisenhower, fue ascendido a cinco estrellas exactamente dos días antes que
MacArthur y cuatro días antes que Eisenhower.
1929-1933
Eisenhower regresó a EEUU justo cuando la
nación entraba en la
Gran Depresión. Se desempeñó en calidad de oficial ejecutivo
del Subsecretario de guerra, finalizando, entre otras tareas, un estudio sobre
la disponibilidad de fabricación estadounidense para dedicarse a la producción
militar.
Luego, trabajó como ayudante del JEM
MacArthur quien, a diferencia de otros durante la Depresión , estaba muy
interesado en la industrialización. Eisenhower elaboró para MacArthur un
extenso plan concebido para la movilización en tiempos de guerra de la
industria estadounidense, el cual años después se convertiría en el plan
maestro del presidente Roosevelt para desarrollar el “arsenal de la
democracia”. Nuevamente, una asignación aparentemente desviada del camino se
convertiría en una que le proporcionaría un antecedente excelente para el
futuro General, quien en 1943 retrasaría la anhelada invasión de Francia hasta
tanto los Estados Unidos fabricara una cantidad adecuada de pistolas, tanques,
aviones, municiones, buques de desembarque, botas y raciones.
Eisenhower continuó prestando servicios a
MacArthur, trabajando en informes para el Congreso sobre temas como la
mecanización, movilización y desarrollo del poderío aéreo. Eisenhower incluso
acompañó a su jefe mientras dirigían a unos 600 soldados de infantería y al
escuadrón de caballería de Patton desde el Fuerte Myer, Virginia a través del
río Anacostia, Washington D.C., para dispersar a los casi 20.000 hombres del
grupo de veteranos que protestaban por el “Bonus Army” (un bono en efectivo).
Teniente Coronel
Ascendido a Teniente Coronel en 1936, se
le delegó a Eisenhower un alto grado de autoridad en la preparación de las
Filipinas para un ataque que pronto llegaría, en 1941. Durante su estancia de
cuatro años en Manila, las tareas de Eisenhower fueron tanto de índole
diplomática como militar y se granjeó el respeto y la admiración del presidente
Quezon de las Filipinas, como le sucedería en años posteriores con otros jefes
de estado.
En esta asociación de siete años con
MacArthur, Eisenhower ganaría de este experto en política, pensador brillante y
elocuente “emperador estadounidense” una experiencia valiosa en la solución de
problemas de gran envergadura, en la logística remota y en el trato de personas
con egos un tanto elevados; todas éstas fueron lecciones necesarias para los
roles que desempeñaría en el futuro.
Coronel
Una vez que retornó a EEUU a finales de 1939,
Eisenhower ayudó a coordinar una gran cantidad de movimientos de tropas y de
ejercicios de adiestramiento para tropas recién reclutadas y unidades de la Guardia Nacional
en la costa occidental en el Fuerte Ord, California. De ahí, se trasladó al
Fuerte Lewis, Washington, donde fungió de oficial ejecutivo del 15º Regimiento
de Infantería y también comandó un batallón. Eisenhower llegaría a lo más alto
sin haber comandado ninguna unidad militar superior a un batallón y ninguna en
combate. Sus otras experiencias como soldado, además de su carácter y su
competencia compensaron más que suficiente esa deficiencia que muchos
criticaron. Años después, Eisenhower visitó la 15ª de Infantería en Corea en
calidad de Presidente electo.
Su carrera avanzó a través de una serie de
asignaciones asombrosas —todas ellas con el título de “Jefe de Estado Mayor”, el
líder que planifica y coordina todo el trabajo del Estado Mayor en cuanto a
asuntos de personal, inteligencia, operaciones y logística para el comandante.
En calidad de Teniente Coronel, fue el primer Jefe de Estado Mayor de la 3ª
División de Infantería y luego Jefe de Estado Mayor del recién inaugurado IX
Cuerpo, ambos en el Fuerte Lewis. (En 1940 Eisenhower solicitó a su gran amigo
el General de Brigada Patton prestar servicios en el nuevo Cuerpo de Tanques,
pero el JEM Marshall lo rechazó.)
Luego, Eisenhower como Coronel recién
ascendido, se convirtió en Jefe de Estado Mayor del 3er Ejército en el Fuerte
Sam Houston bajo las órdenes del Teniente General Walter Krueger, un “mustang”:
un ex soldado raso que luego luciría cuatro estrellas. En el verano de 1941, el
3 er Ejército “superó” concluyentemente al 2º Ejército durante los tan
promocionados ejercicios de adiestramiento, las Maniobras de Luisiana,
concebidos por Marshall y se le reconoció crédito a Eisenhower por los planes
de batalla de Krueger.
General de Brigada
La rápida serie de puestos de “Jefe de
Estado Mayor” luego le servirían en África del Norte y en Europa en términos de
cómo comprender los roles y las funciones de las grandes unidades militares.
Obtuvo su primera estrella el 29 de septiembre de 1941. Siete meses antes, su
gran amigo Omar Bradley había recibido la primera estrella de los egresados de la Clase 1915 de West Point,
cuando Marshall lo ascendió de Teniente Coronel a General de Brigada y lo
trasladó del Departamento de Guerra al Fuerte Benning con órdenes de formar la Escuela de Cadetes del
Ejército.
Cinco días después del ataque a Pearl
Harbor, el Secretario de Estado Mayor del Departamento de Guerra, Coronel
Walter Bedell Smith (posteriormente, Jefe de Estado Mayor de Eisenhower durante
toda la guerra) llamó a Eisenhower en San Antonio con el mensaje de que
Marshall requería su presencia de inmediato en Washington D.C. La primera tarea
de Eisenhower, por orden de Marshall, fue elaborar la estrategia del Pacífico.
Unas horas más tarde, Eisenhower regresó con un esquema bien definido. Pensó
que, con la Armada
temporalmente paralizada en el Pacífico, no sería posible abastecer a las
Filipinas adecuadamente a través de lasvías de comunicación
tradicionales. Por consiguiente, era necesario asegurar una base en Australia,
proteger esas nuevas vías de comunicación y desde allí abastecer a las tropas
estadounidenses y filipinas por aire y mar lo antes posible. Ninguna guarnición
hubiera podido resistir si los japoneses hubiesen atacado con mayor fuerza,
pero se vieron obligados a hacer todo lo humanamente posible.
Durante los siguientes seis meses, Eisenhower se distinguió en la planificación y en la estrategia: ascendió de subjefe a cargo de la defensa del Pacífico, División de Planes de Guerra (encabezada por Leonard Gerow), a jefe de la División de Planes de Guerra, hasta llegar a ser jefe de operaciones. Eisenhower se metió de lleno en todo el espectro de estrategias para Marshall: inteligencia, operaciones especiales, logística, movilización y financiamiento. Y aprendió a ahondar en los detalles de los asuntos, una lección que le resultaría muy valiosa durante su preparación para el “día D”. A menudo visitó la Casa Blanca para recibir instrucciones, sin jamás pensar que regresaría
una década después con un cargo muy distinto. Marshall solicitó un memorando
para definir una estrategia aliada para el Presidente y para los Jefes de
Estado Mayor combinado. Lo que Eisenhower redactó no fue nada nuevo, pero era
claro y con una lógica apremiante. Se convirtió en el plan de la guerra en
Europa.
A solicitud de Marshall, Eisenhower visitó
las fuerzas estadounidenses en el Reino Unido y al retornar Eisenhower le
entregó a Marshall un informe en donde destacaba las deficiencias. Marshall le
pidió que redactara un reglamento para el Comandante General del teatro de
operaciones europeo. Al entregárselas a Marshall, Eisenhower le dijo al JEM que
lo leyera detenidamente porque se convertirían en el reglamento para la guerra.
Marshall lo leyó y a los tres días reemplazó al General de División James E.
Chaney por el General de División Dwight D. Eisenhower.
General de División
El 25 de junio de 1942, Eisenhower se
retiró del Pentágono mientras duró la guerra. Marshall había lanzado la carrera
de su protegido, en contra de las objeciones de muchos que decían que le
faltaba experiencia de mando. A partir de entonces, los logros de Eisenhower
fueron incontables y quizá resulte mejor narrar su historia de ascensos
observando simplemente el tiempo que permaneció en cada grado: Coronel, seis
meses; General de Brigada, cinco meses; General de División, cuatro meses;
Teniente General, siete meses. Naturalmente, eran tiempos de guerra, pero
ascender de Teniente Coronel a General de cuatro estrellas en veintitrés meses
fue sin duda un logro extraordinario.
Para la mayoría de nosotros, las historias
más famosas de la vida de Eisenhower comienzan aquí: llevando a las fuerzas
aliadas a lograr la victoria en Europa, luego haciendo de JEM, después,
Presidente de la
Universidad de Columbia, más adelante, Comandante Supremo de
los poderes aliados en Europa y, por último, Presidente de los Estados Unidos.
Finalmente, se jubiló y fue a vivir a una pequeña granja en Gettysburg, donde
había creado el Campamento Colt en 1918. Falleció en el hospital Walter Reed el
28 de marzo de 1969 a
la edad de 78 años. Pocos se atreverían a discutir que su temperamento,
carácter, conocimientos y competencia —tan bien demostrados durante la última
etapa de su vida— no fueron moldeados durante los primeros años de su carrera.
Conclusión
Este post de
Eisenhower demuestra la manera singular que tiene el Ejército Estadounidense de avanzar a sus
líderes. Hoy, como lo hiciera a fines del último siglo, el Ejército asigna a
sus oficiales a una variedad de trabajos en diversas organizaciones en todo el
mundo, previendo que evaluarán cada situación singular rápida y decisivamente
mientras adquieren una experiencia valiosa para desempeñar puestos más elevados
y exigentes. Por consiguiente, una asignación que quizá algunos consideren que
aleja a un oficial de la trayectoria preferida de su carrera para alcanzar el
éxito podría convertirse, verdaderamente, en una asignación fundamental que
convierta a ese oficial en un individuo con calificaciones singulares para
ejercer el liderazgo en niveles superiores.
Así es como el Ejército hace a sus
oficiales. Así es como los grandes líderes se hacen a sí mismos. Según Eisenhower
describe en su autobiografía: “Cada vez que me convencía de que mis
superiores, por negligencias burocráticas y un encasillamiento en la tradición,
me habían condenado a asignaciones mediocres, no encontraba otro remedio que
desahogarme en privado y aceptar el trabajo inminente”.
Créditos: Coronel (R) Robert C. Carrol / U.S. Army
Créditos: Coronel (R) Robert C. Carrol / U.S. Army
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