viernes, 25 de septiembre de 2015

Tácticas de Infantería nº14

VADEO DE ASALTO

El cruce de un obstáculo importante, como un río, suele planearse a nivel de batallón, pero también las unidades menores, secciones y pelotones, deben estar familiarizadas con los diversos métodos de vadeo. Un obstáculo fluvial no siempre detendrá el avance de la infantería a pie, pero sí la ralentizará y expondrá al fuego enemigo. 

Cualquier infante a pie que vaya a cruzar un río a nivel de sección ha de saber que forma parte de un plan mayor y debe comprender las características generales de éste. El jefe de la unidad dividirá seguramente sus fuerzas en un grupo de orilla, un grupo de asalto y un grupo de ingenieros. 

En el campo de batalla actual, es mucho más seguro montar las operaciones de vadeo por la noche. El cruce del río debe empezar en silencio, después que se haya preparado un plan de fuego de apoyo al que se pueda recurrir si la operación se ve comprometida: el grupo de ingenieros es, particularmente vulnerable. 

El grupo de orilla consiste a veces en secciones medias de exploración equipadas con vehículos acorazados (quizá como los Bradley o los mismos BMR), cuyos equipos de transmisiones permiten utilizarlos como medios de mando y control, muy necesarios en la ejecución de una operación tan compleja.

La misión del grupo de orilla es asegurar la ribera y ayudar a las unidades de asalto a montar la operación, y entre sus responsabilidades están la selección y señalización de las áreas de reunión y las rutas de aproximación, el establecimiento de los puntos de vadeo, el suministro de guías y puestos de control de tráfico, y la evacuación de los heridos. 

Grupo de asalto


El grupo de asalto consistirá por lo general en: elementos de infantería, dotados con el mayor número posible de medios contracarro para poder repeler un ataque acorazado; observadores avanzados de artillería (OAA); y controladores del fuego de mortero (CFM). Estos efectivos han de ser reforzados por medios acorazados tan pronto como se asegure el punto de vadeo. 

La cabeza de puente ha de establecerse lo antes posible y expandirse para que pueda recibir una fuerza lo suficientemente poderosa para romper a través de las líneas enemigas. Cualquier retraso innecesario dará al enemigo tiempo suficiente para recuperarse de la sorpresa inicial y contraatacar

Cuanto mayor sea la sorpresa que se alcance, mayores serán también las probabilidades de éxito. Debe intentarse engañar al enemigo acerca de las intenciones exactas de uno con el fin de que concentre sus reservas en el lugar equivocado o reaccione tarde y confundido. 

Una vez se ha puesto pie en la orilla contraria, el grupo de ingenieros empezará a tender un puente o a montar el transbordo de efectivos. 

¿De qué manera se integra el infante en este cuadro? Pues normalmente cruza el río a bordo de un bote de exploración o de asalto. Pero puede que —sobre todo en la selva o en operaciones de seguridad interna— no se disponga de botes y se deba cruzar el río a cualquier precio. Los nadadores menos avezados intentarán vadear por la zona más ancha (y, por tanto, menos honda y de aguas menos rápidas) del curso. Una orilla escarpada puede indicar aguas profundas, que dificultarán la salida una vez atravesado el río. Si hay barras de arena o aguas someras en el centro del curso, hay que aprovecharlas en lo posible para reorganizarse y descansar del esfuerzo, aparte de que permitirán hacer pie cuando se esté en peligro de ser llevado por la corriente. 

Nadar con la corriente


Si uno de los hombres se encuentra en dificultades a media travesía, debe nadar a favor de la corriente, dejándose llevar hacia la orilla opuesta e intentando salir del agua a la primera oportunidad. En ningún caso debe probar a nadar aguas arriba, pues con ello sólo conseguirá cansarse y, probablemente, precipitar un desenlace horrible: morir ahogado. Cuando se vadea haciendo pie, debe cruzarse transversalmente pero orientado contra la corriente. Un palo robusto de unos dos metros de largo ayudará a mantener el equilibrio en cursos de fondo rocoso o resbaladizo. La mejor forma de mantener la verticalidad, empero, es con la ayuda de una cuerda. Ésta puede ser llevada hasta la otra orilla del río por uno de los nadadores más preparados de la unidad, que cruzará llevando el equipo mínimo y con la cuerda atada a la cintura. A continuación, el resto de los hombres podrán cruzar con todos sus pertrechos. Si este tipo de vadeo no es factible, entonces deben improvisarse flotadores. 

Saco estanco


Quizá el método más sencillo y práctico de hacerlo es con el poncho (o cualquier otra prenda hecha de material hidrorepelente), atando sus dos extremos y convirtiéndolo en una bolsa estanca, en cuyo interior puedes colocar parte del equipo y que te mantendrá a flote en la superficie. Por supuesto, toda esta complicación y este esfuerzo pueden evitarse si se dispone de helicópteros y la situación operacional permite utilizarlos. También es evidente que una ribera enemiga atestada de tropas y sistemas antiaéreos hace muy difícil esta opción, pero un desembarco vertical por sorpresa en la orilla contraria contra una oposición relativamente débil es una forma mucho más sencilla de cruzar un río que en botes o a nado. Los helicópteros contracarro pueden ayudar en la defensa de la cabeza de puente. 

El vadeo de un curso de agua a nivel de batallón y superior es una cuestión muy compleja en la que deben prepararse áreas de espera, puntos de verificación, lugares de reunión, zonas de vadeo y mucho más. A nivel de sección, los hombres deben preocuparse de cruzar la corriente en bote, a nado o andando sobre el lecho. 

APROVECHAR LA CORRIENTE



Cuando se cruce en vehículos anfibios o botes, debe compensarse el efecto de la corriente. Elige un punto de entrada aguas arriba del que ha de ser el de salida y apunta el bote directamente a través del curso. Con un poco de experiencia y suerte, la corriente te llevará al lugar indicado. 



Para salir directamente enfrente del punto de entrada, orienta el bote aguas arriba y rema en esa dirección para compensar la corriente. Esta técnica requiere práctica para ejecutarla correctamente, pues el valor de la corriente nunca será igual o comparable a otros. 



Alternativamente, puedes aprovechar las aguas más lentas en el interior de un meandro del río para combinar ambas técnicas, remando aguas araba en ese remanso y compensando la deriva, manteniendo la proa contra la corriente. 

EL VADEO 


No existe sustituto para la observación directa de los puntos de cruce potenciales. Los infantes deben acompañar a los zapadores en el reconocimiento del rio y sus orillas, quizá a los buceadores que inspeccionen el lecho. Se necesitarán patrullas de exploración que determinen los efectivos del enemigo. Pero ve con cuidado: si las patrullas son descubiertas, toda la operación se verá comprometida. Envía patrullas falsas a lugares que no pienses utilizar. Las fases del vadeo son: 

1. Avance hasta el río. 

2. Cruce de asalto. 

3. Avance desde la orilla de salida.

4. Asegurar la cabeza de puente. 

FLOTADORES 



Latas de gasolina: La cuerda que las une debe pasar por el pecho y las axilas, dejando los brazos libres. Alternativamente, átate una sola lata debajo del pecho o impúlsate con los pies. 



Cantimploras: Úsalas de la misma forma que las latas de gasolina. No unas demasiadas o restringirás tu capacidad de movimiento. 



Puedes improvisar flotadores con fundas do mochila. Ponchos o sacos de plástico. Te ayudarán a cruzar el río a menos que lleves demasiado peso: si es así. envía el equipo por delante y recupera después el flotador.



Trozos de poliestireno expandido y materiales parecidos: Ata la mochila encima para mantenerla a salvo del agua 

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