sábado, 27 de febrero de 2016

Tácticas de Infantería nº17

COMBATIR A TRAVÉS DE UNA POSICIÓN ENEMIGA

El cabo Cody Baker (centro) y el cabo Jerimiah Lance del 3.er Batallón, 1.er Regimiento, de la 15.ª Unidad Expedicionaria limpian una trinchera durante un ejercicio en el Sudoeste Asiático el 17 de Septiembre de 2015. (Foto de Jamean Berry)

El asalto y el combate a través de una posición enemiga deben llevarse a cabo con el apoyo de toda la potencia de fuego de que se disponga. Cuando toma parte en un ataque a nivel de agrupación de batalla o equipo de combate, el infante cuenta con la potencia de fuego directa de carros y TOA, y la indirecta de la artillería y los morteros. Puede que, incluso, le apoyen los aviones de ataque al suelo. A nivel de pelotón y de sección, el fuego de apoyo no es, evidentemente, tan completo y pesado, pero deben coordinarse las armas colectivas de que se disponga —ametralladoras, medios contracarro— para producir un volumen de fuego que permita vencer en el tiroteo y conseguir la iniciativa. 

Avanzando a nivel de compañía, una sección suele llevar uno o dos pelotones adelantados y el tercero en profundidad. Dicha progresión continúa hasta que se alcanza lo que llamamos Línea de Fuego Eficaz (LFE). Se trata del punto en el que el enemigo utiliza sus armas portátiles con tal eficacia que un ulterior avance de la sección atacante comportará forzosamente un número inaceptable de bajas: llegados a este momento, la sección debe ponerse a cubierto. Esto último significa que el atacante ha perdido la iniciativa: su meta inmediata debe ser imponerse en el tiroteo y recuperar la mencionada iniciativa. Esto puede durar bastante tiempo, quizá horas, y si el atacante no consigue concentrar adecuadamente todos sus recursos, la ofensiva puede degenerar en un duelo inconcluso en el que sólo se consigue consumir tiempo y munición. 


Fuego de apoyo


Marines del 3.er Batallón, 1.er Regimiento, de la 15.ª Unidad Expedicionaria realizan defienden una trinchera recién capturada durante un ejercicio en el Sudoeste Asiático el 17 de Septiembre de 2015. (Foto de Jamean Berry)

En primer lugar hay que asegurarse de que todas las armas están correctamente emplazadas y listas para abrir fuego. Si se cuenta con apoyo de artillería o de morteros, se le asignarán los objetivos. Cuando todo esto esté listo y el asalto planificado, se pedirá un crescendo devastador de fuego de apoyo hasta que el atacante recupere la iniciativa y pueda emprender el asalto definitivo. 

Este último se lanzará en el momento en que el oficial al mando considere que puede imponerse en el tiroteo. La decisión ha de ser correcta, sin margen de error posible. Dentro de una sección, el momento de pasar al ataque llega cuando se ordena avanzar hasta la siguiente cobertura, quizá a unos 20 o 30 metros, con el fuego de protección de las demás secciones de la compañía. Una vez esa primera sección se ha puesto a cubierto, avanza la siguiente y así sucesivamente. Este proceso continuará hasta que las secciones asaltantes estén tan cerca del enemigo que el movimiento de una de ellas interfiera en el fuego de cobertura de otra. Esta distancia puede variar, dependiendo del terreno y de la eficacia del enemigo; como regla general, puede ser de unos 100 a 150 metros del objetivo. 

Es en este momento cuando empieza el movimiento autónomo dentro de la propia sección. El proceso de fuego y maniobra alternos prosigue hasta que el avance de uno de los pelotones de la sección interfiere en el fuego de los otros. Entonces el pelotón se divide en escuadras y continúa disparando y maniobrando hacia el enemigo. Esta aproximación empieza a 40 o 50 metros de las lineas contrarias. 

En este punto, una de las escuadras intenta situarse para disfrutar de la cobertura de la otra durante el corto asalto final contra la trinchera más próxima en la Primera Línea de la Posición Enemiga (PLPE); otra alternativa es intentar cargar contra esa primera trinchera con la totalidad del pelotón. Sea cual fuere el método que se elija, hay que limpiar físicamente estas primeras posiciones. Será una dura y costosa batalla a quemarropa, con el fusil, la bayoneta y las granadas. Puede que también se puedan emplear los lanzagranadas. Una vez tomada la primera trinchera, la situación del pelotón atacante será muy precaria y estará expuesta a contrataques, de modo que debe mantenerse el impulso del ataque combatiendo sin demora alguna en toda la profundidad de las defensas contrarias. Por cansados que estén los hombres, es el momento de sacar las últimas reservas de coraje y determinación. 

El teniente de la sección debe ir lo bastante adelantado para poder controlar su unidad, dirigir el fuego contra las trincheras que aún resistan y mantener el contacto con los pelotones de flanqueo. Ahora puede tener lugar una serie de ataques a nivel de pelotón empleando las técnicas de fuego y maniobra, todo ello dentro del esquema ofensivo de la sección. 

A medida que se progresa de una trinchen a otra a través de las defensas contrarias, hay que asegurarse de que los soldados enemigos quedan muertos o desarmados. Idealmente, se ordenará a los supervivientes enemigos sentarse en terreno descubierto y con las manos en la cabeza, aunque, por supuesto, ello no es posible cuando el combate aún está en su apogeo. Sea como fuere, es imprescindible que todo enemigo rebasado no esté en condiciones de seguir combatiendo. Una vez capturado el objetivo ha de limpiarse cada posición enemiga. Este tipo de operación es una de las peores formas de combate: no existen normas ni procedimientos. Cada hombre lucha a su forma a través del enemigo. Sólo su determinación, coraje, preparación física y técnicas de combate decidirán si sobrevive o no. 

En un ataque mecanizado se procede de una forma casi idéntica. Si la oposición es muy ligera, los transportes de personal pueden llegar al contacto contra la posición enemiga, pero en la mayoría de los casos, sobre todo cuando existe una poderosa defensa contracarro, la tropa deberá desembarcar a poca distancia de la PLPE y asaltar a pie. En ambos casos, el fuego de apoyo tiene una importancia crucial. Puede contarse incluso con misiles contracarro, que, si bien sus objetivos principales son los medios acorazados, pueden servir para destruir reductos y casamatas en profundidad o en los flancos que están apoyando el ataque. Los equipos de misiles contracarro deben tenerse a mano para poder llamarlos rápidamente cuando haya que anular un objetivo problemático. 

Lanzagranadas


Soldados del 5.º Batallón, del 5.º Regimiento Real Australiano disparan un M72A6 LAW de 66 mm durante el asalto a una trinchera el 20 de Julio de 2014 en el Centro de Entrenamiento Pohakuloa, Hawai, en el marco del ejercicio RIMPAC 2014 (Foto de Wesley Timm)

Los lanzagranadas —como los C-90C de 90 mm—deberán estar siempre a disposición, pues son muy eficaces contra las trincheras y las casamatas. Son armas ligeras y relativamente fáciles de llevar cuando se toma parte en una agotadora operación de fuego y maniobra hacia y entre el enemigo. También puede recurrirse a los cañones sin retroceso de 106 mm, que, aunque más engorrosos, por lo general viajan a bordo de vehículos y tienen una potencia de fuego demoledora. No hay reducto enemigo que resista un ataque de infantería con el apoyo combinado de un CSR y algunos C-90C

Una vez comienza la batalla a través de las posiciones enemigas, el reaprovisionamiento de munición puede ser muy difícil —cuando no imposible— hasta que concluya el combate. Por tanto, hay que mantener cierta clase de disciplina de fuego en la confusión del combate a quemarropa y, antes de lanzar a los hombres a este tipo de operación, asegurarse de que cada uno de ellos lleva una dotación adicional munición.

Asimismo, hay que ejercer un control estricto sobre el empleo de las granadas de mano. Éstas constituyen una forma muy eficaz de anular al contrario en su trinchera, pero cuando se está en posición de cuerpo a tierra pocos hombres pueden arrojar una de ellas a más de cinco metros, y siempre es difícil asegurarse de que va a caer en una trinchera. El uso indiscriminado de las granadas de mano puede causar bajas entre los propios atacantes. 

Cuando se ha tomado la posición enemiga, hay que reorganizarse rápidamente para hacer frente a un posible contrataque enemigo. Identificaremos y trataremos a los heridos, conduciremos a los prisioneros, asignaremos los sectores de tiro de los fusileros, emplazaremos las armas contracarro y, de ser necesario, cavaremos allí donde no sea posible aprovechar las posiciones recién tomadas. La reorganización, a diferencia del combate a quemarropa, tiene sus normas, pero ha de hacerse de la forma correcta: no tiene ningún sentido pasar por el infierno del combate a través de las defensas enemigas sólo para fracasar en el objetivo a causa de un contrataque que te ha sorprendido sin haberte reorganizado de manera apropiada. 

En la reorganización se aplican todas las reglas de la defensa. Hay que organizar una fuerte posición lo antes posible, utilizando tantas trincheras y equipos enemigos como se pueda. Cuanto más rápido contrataque el enemigo, más vulnerables son las posiciones recién tomadas; en cambio, una vez establecidas las defensas, será difícil desalojarlas por vigorosa que sea la reacción enemiga 

EL ATAQUE DELIBERADO 


Este es el esquema completo de un ataque deliberado, pero vamos a examinarlo paso por paso:

Área de Concentración


El Área de Concentración se haya entre 15 y 20 km de la primera línea de frente. Es aquí donde las tropas reciben sus órdenes y las últimas informaciones tácticas, donde descansan y se organizan. Esta zona debe estar a salvo del fuego artillero enemigo, camuflada de la observación aérea y preparada para la defensa.

Área de Reunión


El Área de Reunión está entre 1 y 8 km de la primera línea de frente y se emplea para efectuar los últimos preparativos, coordinarse con los carros y otras unidades y como punto de partida para el reconocimiento del Punto de Formación (PDF)

El escalón de transporte de la unidad no toma parte en la batalla. Su misión es llevar las reservas de munición y ocupar el PDF después de la Hora H.

El pelotón de reserva puede servir para proteger los flancos de la fuerza de asalto o como refuerzo por si algún otro pelotón necesita ayuda.

Puntos de Formación (PDF)


El PDF es el punto en el que las tropas se despliegan inmediatamente antes del ataque para adoptar su formación de asalto. Aquí se dan las últimas informaciones y órdenes, pero la idea es permanecer en el PDF el menor tiempo posible.

Línea de Partida


La línea de partida es un punto imaginario en el que los pelotones cruzan en la Hora H, el comienzo del ataque. Todo el plan se ha preparado en relación a la Hora H.

Línea de Fuego Eficaz (LFE)



La Línea de Fuego Eficaz es el punto en el que el fuego enemigo es eficaz, donde cualquier intento de avanzar sin fuego de supresión costará bajas. Desde ese lugar se avanza por saltos o reptando, según el terreno y de quién esté ganando el tiroteo.

Desde la LFE, la unidad se divide en pelotones y escuadras, que avanzan maniobrando y disparando, hasta llegar a la trinchera, que se asalta por parejas: una de ellas es atacada y la otra proporciona fuego de apoyo; sólo un pelotón de cada sección procede así al mismo tiempo.

Primera Línea de la Posición Enemiga (PLPE)


En la PLPE, la primera escuadra que ocupe la posición informa de las trincheras en profundidad al teniente de sección y empieza a hacer fuego contra las mismas.


LAS FASES DEL ATAQUE


En un ataque deliberado, el asaltante contará con un grupo de apoyo, emplazado en un flanco, que hará fuego de ametralladora y de armas contracarro contra la posición enemiga con el fin de neutralizada.


El grupo de fuego de apoyo procurará no malgastar munición al principio, pues cuando llegue el momento del asalto final y del combate a través de las defensas enemigas, necesitará una gran cantidad de munición.


Las unidades de asalto emplearán técnicas de fuego y maniobra a nivel de sección, pelotón, escuadras y, finalmente, de parejas a medida que se acerquen al enemigo y comiencen a penetrar en el sistema defensivo.

La maniobra en saltos cortos y rápidos es posible durante las primeras fases del ataque, cuando el fuego enemigo no es tan pesado ni preciso. Mientras, el elemento de apoyo mantiene al enemigo con la cabeza gacha.


A menos que la posición atacada no tenga profundidad, lo más seguro es que el asaltante deba combatir por etapas, con cierta forma de reorganización después de la toma de cada trinchera y cada casamata.


En este vídeo podemos ver como los marines despejan una serie de trincheras y posiciones fortificadas mediante un ataque deliberado

Créditos de las Fotos: Sgt. Jamean Berry,  Lance Cpl. Wesley Timm, Lance Cpl. Andrew Thorburn, 

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