TÉCNICAS DE MOVIMIENTO TÁCTICO
No siempre —algunos radicales piensan que
casi nunca, pero tampoco hay que exagerar— lo establecido es lo más
conveniente, y esto es cierto también en las técnicas de movimiento táctico.
Los diferentes métodos de marchar, avanzar frente al enemigo y reptar en
situaciones tácticas que se enseñan hoy día en los ejércitos han sido desarrollados a lo largo de los años, como fruto de la —a veces amarga— experiencia, pero no
tienen por qué ser aplicados como si se tratase de una ley inquebrantable. Lo
ideal es saberse adaptar a las circunstancias.
Lo primero que hay que hacer antes de
empezar a moverse es revisar el equipo personal. Debe uno asegurarse de que
podrá echar mano de la munición cuando esté tendido cuerpo a tierra.
Idealmente, las cartucheras deben estar a medio camino entre la hebilla del
cinturón y las caderas. Hay que sujetar con cinta adhesiva todo aquello que
pueda traquetear, y enmascarar todo cuanto pueda brillar. Vigilaremos también
que no llevemos lazos que puedan engancharse en la vegetación.
Para avanzar por detrás de un abrigo bajo,
utiliza la "carrera del mono", que es la forma más rápida de moverse
a cuatro patas. Si el abrigo es todavía más bajo, no tendrás más remedio que
reptar. Mantente pegado al suelo y arrástrate hacia adelante ayudándote de los
cantos de las botas, los codos y los antebrazos.
Estas dos maneras de moverse castigan
mucho las extremidades, pero el terreno pedregoso puede ser igualmente perjudicial
para el equipo. Cuando reptes, procura mantener el cañón del arma a salvo de la
tierra y el barro. La mejor forma de conseguirlo es hacer un lazo con la correa
portafusil en torno al índice y el pulgar de la mano que empuña el guardamano, y
de esta forma harás avanzar el cañón del arma por delante de ti y a una altura
segura.
Cuando debas salvar la cresta de una
montaña, rueda sobre ti mismo. No levantes los brazos ni las piernas, so pena
de destacarte contra el horizonte: para entendernos, debes rodar de costado en
"posición de firmes", con el fusil pegado a tu costado.
Armas colectivas
Las nuevas armas individuales de 5,56 mm —e incluso las
ametralladoras de este calibre, corno la AMELI— han aligerado la carga del
infante y mejoran la movilidad de éste, pero los sirvientes de armas colectivas
como las MG-3 o los lanzagranadas de 88 mm no han experimentado demasiados
progresos. Hay ocasiones en las que el cabo tirador debe llevar el lanzagranadas,
munición para éste y su arma individual. La carga puede ser considerable. El
tirador puede llevar suspendida el arma bajo su brazo derecho y arrastrarla
reptando lateralmente, o bien "acunarla" sobre sus antebrazos y
avanzar reptando de la forma habitual. En cualquier caso, procurará no dañar
los aparatos ópticos.
Con armas más modernas se ha conseguido
cierta mejora. La versión modernizada del lanzagranadas Carl Gustav pesa como
una MG-3, está hecha de acero ligero, fibra de carbono y aleaciones, y tiene un
asa de transporte en el punto de equilibrio. Es un arma mucho más práctica,
pero, por desgracia, no está en servicio en el Ejército español.
La MG-3 consume munición con una voracidad
inusitada, sobre todo cuando se emplea en la modalidad de fuego sostenido, y
tanto su escuadra de sirvientes como los demás miembros del pelotón deberán
acarrear cintas de munición. Para avanzar con ella pueden usarse dos técnicas.
La primera de ellas consiste en reptar lateralmente, es decir, que el tirador
agarra el arma por su parte central —o por el asa en el caso de la AMEI.I— con
la mano derecha y se mueve ayudado de los pies y el antebrazo izquierdo. La
otra forma es avanzando a cuatro patas, utilizando una mano para sostenerse y
la otra para llevar el arma a cierta distancia del suelo. Las dos rodillas se
convierten en la "propulsión" primaria. El tirador y el proveedor
pueden colaborar en este transporte, reptando, si uno de ellos sostiene el arma
por la culata, y el otro, por el bípode. En todo caso, la munición debe mantenerse
a salvo del barro o el polvo para evitar posteriores malfunciones del arma en
el transcurso del combate.
El cabo tirador de la escuadra puede
llevar la MG-3 o AMELI en posición de alerta cuando la unidad esté avanzando
para hacer contacto con el enemigo. De este modo, en la distancia el tirador
parecerá un fusilero más y no atraerá el fuego enemigo antes de que tenga la
oportunidad de colocar su arma en posición.
Movimiento nocturno
Por la noche, el movimiento ha de ser
forzosamente silencioso. Por tanto, se impone emplear una técnica de avance muy
cauta. Levantaremos la pierna exageradamente. adelantándola lentamente y haciéndola
descender también despacio. Con la punta de la bota se tantea el terreno para
detectar esa maldita rama que crujirá si apoyamos directamente el pie en ella.
Asimismo, si primero colocamos en el suelo el canto de la bota y después, lentamente,
vamos apoyando el resto de la suela, reduciremos el peligro de crujidos de ramitas
o desplazamientos de piedras, así como el de resbalar o colocar el pie en una
posición precaria.
El gateo clásico es una forma de avance
parecida a "carrera del mono" que hemos visto más arriba, pero es también
más lenta. Se utilizan las manos para tantear por delante en busca de
obstrucciones y posibles objetos sueltos que puedan desplazarse o hacer ruido.
La rodilla debe apoyarse en el lugar que ha tanteado la mano.
En efecto, se trata de una forma de avance
lenta, pero también muy silenciosa y segura, sobre todo en terrenos de densa
vegetación o en los que pueda haber mucha maleza y ramas secas en el suelo. La
lentitud e incomodidad tienen su recompensa en la furtividad.
Cuando avancemos de noche debemos darnos
cierto tiempo para escuchar. Nos detendremos y observaremos hacia el área que
queramos "escrutar auditivamente", una tarea que nos será más fácil
si mantenemos la boca entreabierta. Un punto muy importante y que nunca debemos
olvidar es que por la noche la ventaja está de parte de quien permanezca más
cerca del terreno, aunque ello obligue a pararnos y permanecer tendidos de
cuando en cuando: sólo de esta forma podremos ver objetos y siluetas recortados
contra el horizonte. Avanzar erguido es más rápido pero también mucho más
expuesto y peligroso. Y si acercas el oído al suelo, incluso podrás escuchar
las vibraciones provocadas por las ruedas de vehículos o pisadas siempre
que el terreno esté seco.
Cuando nos aproximemos a posiciones
enemigas encontraremos cinturones de obstáculos. Éstos pueden consistir en bengalas
disparadas por cable, alambradas y minas. Hay que progresar lentamente y hacer
las cosas con cuidado. Tantearemos despacio con las manos y los dedos, pues un
cable disparador de una trampa puede detectarse de esta forma sin llegar a accionarlo.
Hay otra forma de avance nocturno que los
ingleses llaman "el fantasma", tanto porque se hace en completo
silencio como por las expectativas de vida del practicante. Tanteando con una
ramita, caminaremos cautelosamente, escrutando el terreno bajo. El cable
disparador de una bengala o una trampa explosiva detendrá la rama, pero la
presión ejercida por ésta será insuficiente para activar el ingenio. Entonces
—si no nos ha dado un colapso—nos detendremos y desactivaremos el artificio.
La oscuridad tiene la ventaja de que
mejora la percepción de los sentidos del olfato, el oído y el tacto. Con
práctica y haciendo bien las cosas, has de ser capaz de oír, incluso oler, al
enemigo antes de que éste te descubra.
Tanto de día como de noche, empero, debe
elegirse siempre la mejor ruta aprovechando los accidentes del terreno. Los
setos, arroyos y acequias, muros, bosques y edificios pueden sustraerte a las
vistas del enemigo. Pero recuerda que una cobertura no es lo mismo que un
abrigo: un seto puede hacerte invisible al enemigo, pero no te protege de las
balas, como tampoco una valla ni según qué paredes de ladrillo.
LA "CARRERA DEL MONO"
Esta "carrera del mono" —llamada así por razones obvias; baste con observar las fotografías— es un buen método de moverse rápidamente por detrás de un obstáculo bajo. Avanzaremos con la cabeza alta y mirando en derredor, y no sólo allí donde estamos poniendo las manos. Nos apoyaremos sobre los nudillos en vez de con la mano abierta, pues una herida en la palma podría impedirnos empuñar eficazmente el fusil. Si sostienes el arma a cierta altura del suelo, contra tu costado, avanzarás más lento pero podrás llevar armas colectivas más pesadas, corno la MG-3 o un lanzagranadas.
DOS FORMAS DE REPTAR
Esta técnica, la del "leopardo", se emplea en obstáculos bajos y se sirve de los codos y las rodillas. Los errores más comunes consisten en no mirar hacia adelante y en levantar la espalda, con lo que se ofrece un blanco excelente.
Esta otra forma sirve para avanzar detrás de abrigos bajos y en contacto estrecho con el enemigo. Se avanza con la ayuda de manos y pies. La forma de agarrar el portafusil mantiene el arma a salvo de la tierra o el barro.
RODAR
Rodaremos de costado cuando debamos salvar un accidente que, de otra manera, podría exponer nuestra silueta contra el horizonte. El arma se sujeta contra el costado del cuerpo.
MOVIMIENTO TÁCTICO
Parejas: El movimiento táctico en contacto con el enemigo depende del empleo eficaz de la potencia de fuego para proteger el avance. Las ametralladoras de 5,56 mm han tenido un acusado efecto en las tácticas. Un pelotón clásico do ocho hombres, armado con dos AMELI, fusiles de asalto como los CETME L y un lanzagranadas ligero como el Instalaza C-90C. disfruta de mucha mayor flexibilidad de empleo que en el pasado. Este pelotón ha sido dividido en cuatro parejas que pueden combinarse de distintas maneras para formar dos escuadras de fuego que apoyen el movimiento de las otras dos.
Escuadras de fuego: Dividir el pelotón en dos escuadras de fuego -y de maniobra también- idénticas y armadas de la misma forma permite un avance flexible y bien respaldado. Se pueden combinar las parejas de forma indistinta para maniobrar o apoyar. Cuando el ataque de flanqueo no sea posible, este tipo de agrupación es una de las mejores para llevar a cabo un asalto a nivel de pelotón o dentro de una sección.
Escuadras de fuego y maniobra: Pueden agruparse las dos MG en una sola escuadra de cuatro hombres que servirá para suministrar fuego de apoyo a la otra, que, formada sólo por fusileros, asegurará el avance. Establecer parejas dentro de las escuadras permitirá cambiar de formación rápidamente.
Escuadras reforzadas: En algunos tipos de operaciones a escala más importante que las anteriores, puede tener cierto sentido dividir el pelotón en dos escuadras reforzadas. La escuadra de apoyo estará integrada por las dos MG ligeras más otra MG, montada sobre trípode y suministrada por la sección, para proporcionar un fuego sostenido más serio. De esta forma, con los seis fusileros restantes del pelotón se constituye una escuadra reforzada de maniobra y asalto, que a su vez se puede dividir en dos grupos de tres hombres para conferirle una mayor flexibilidad de movimiento.
BUSCANDO CABLES
Por la noche es fácil tropezarse con algún cable disparador colocado por el enemigo para descubrirte o infligirte bajas. Ese cable puede estar unido a una bengala o bien a una potente carga explosiva.
Utilizando una ramita podrás detectar cables tendidos a través de caminos, en zonas de monte bajo posiciones enemigas conocidas.
AVANZAR A TIENTAS
Esta forma de avance se utiliza de noche en áreas próximas a las posiciones enemigas. Es muy lenta y supone escrutar completamente el espacio siguiente al que uno se va a mover.
Hay que tantear hacia adelante es busca de cualquier cosa que pueda engancharse en el equipo o hacer ruido. Se empieza a la altura de la cabeza y se va descendiendo lentamente.
Se tanteará el suelo en el lugar en el que se piense pisar, buscando algo que pueda crujir o ser desplazado sin querer. De noche, la vista está en los dedos.
De cuando en cuando nos detendremos a escuchar. Volveremos la cabeza y entreabriremos la boca, lo que facilita la captación de sonidos.
Soldados Estadounidenses y Lituanos entrenan técnicas de movimiento táctico y reacción ante contacto con el enemigo.
- Créditos de las fotos (por orden de aparición): David Bedard / U.S. Army National Guard, Sheila deVera / U.S. Air Force, Steven Colvin / U.S. Army, Brian Hamilton / U.S. Army, Michel Sauret / U.S. Army,
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