miércoles, 12 de agosto de 2015

Tácticas de Infantería nº13

BATALLA NOCTURNA

Las principales dificultades a la hora de lanzar un ataque nocturno son la exactitud de la orientación, el reconocimiento y la exploración de vías de aproximación, y la disposición y el control del punto de reunión (PR). 

En las noches más oscuras, es posible que se deba recurrir al empleo de ayudas artificiales como pueden ser la cinta blanca, las linternas, las luces de conducción nocturna en los convoyes, o los señalizadores luminosos para balizar el eje de progresión. Pero, por razones de seguridad, es aconsejable reducir al mínimo posible tales ayudas con el fin de asegurar una operación eficaz, particularmente cuando el ataque va a montarse desde más allá de la primera línea del frente (PLF) además, cuanto más equipo de visión nocturna se tenga a mano, más se podrá prescindir de las mencionadas ayudas artificiales. 

Balizamiento de la ruta


En aquellos ataques montados desde la propia primera linea, el balizamiento de los ejes de progresión desde la zona de partida hasta el PR debe ser todo lo elaborado que la situación requiera. Deben enviarse patrullas para asegurar los flancos del punto de reunión y emplear guías especializados, por lo general procedentes de la sección de exploración o de la policía regimental, para conducir los equipos de combate hasta sus posiciones exactas en el PR. La línea de partida, que normalmente estará en la PLF, debe estar situada perpendicularmente a la dirección del asalto y puede señalizarse con cinta blanca o marcadores luminosos. 

El momento del traslado desde la línea de partida (que llamaremos LP) hasta el objetivo debe venir determinado por la naturaleza del terreno, la distancia hasta el mismo objetivo, la visibilidad, los efectivos y las posiciones del enemigo, y la cantidad de fuego de apoyo de que se vaya a disponer. Todos estos factores determinarán también que el ataque vaya a ser «ruidoso» o silente, iluminado o a oscuras, o que se monte desde la misma linea del frente o desde detrás de ella. En líneas generales. cualquier ataque nocturno debe lanzarse desde la propia PLF y comenzar de forma silenciosa hasta que se vea comprometido, momento en el que debe hacerse el mayor uso posible del fuego de apoyo. 

Si la distancia desde el punto de reunión hasta el objetivo es corta, los equipos de combate deben cruzar la línea de partida dispuestos ya en formación de asalto. Pero si la distancia es excesiva para asegurar el control adecuado de las unidades en avance, o si debe salvarse un obstáculo como pueda ser un campo de minas, deberán usarse las formaciones más convenientes y retrasarse el despliegue final en elementos de asalto hasta el último momento. 

Avance regular


Por la noche, el avance debe ser regular, y todos los hombres han de saber qué medidas tomar en el supuesto de que el enemigo utilice iluminación con luz blanca. Si el combate empieza prematuramente, debe llamarse al fuego de apoyo preparado de antemano con el fin de neutralizar la resistencia enemiga. Incluso cuando se haya perdido el factor sorpresa, debe intentarse ejercer el control manteniendo al mínimo las órdenes de viva voz, pues escuchando puede obtenerse una información valiosa sobre la reacción que está teniendo el contrario. Más aún, una aproximación regular silenciosa puede poner nervioso al enemigo: incluso cuando dispone de aparatos de visión nocturna, se ve en desventaja psicológica debido a que no puede estar completamente seguro de las fuerzas que uno está empleando, de dónde proceden y qué tácticas están siguiendo. Sus dudas y temores serán inevitablemente magnificados por la propia oscuridad. 

El asalto, o combate a través del objetivo, es la fase más dificultosa y arriesgada de cualquier ataque nocturno. Ha de intentarse mantener una aproximación furtiva incluso cuando se haya perdido el factor sorpresa: las voces de ánimo y los gritos de batalla sirven, sin duda, para elevar la moral del atacante, pero su efecto en el enemigo es bastante dudoso. Puede que atraigan su atención hacia objetivos individuales y pueden reducir tu concentración y percepción para identificar las trincheras de combate del enemigo. Un asalto ejecutado en silencio pone nervioso al contrario y le empuja a disparar contra cualquier sombra, con lo que no consigue más que descubrir sus posiciones. 

Rebasar el objetivo

El combate en el propio objetivo requiere preparación y ensayos, y debe llevarse a cabo de forma sistemática para evitar la confusión y conservar el control en todo momento. En esta fase, ha de procurarse que el plan táctico no obligue a que una sección o pelotón pase a través de otro. El combate en el objetivo suele consistir en una serie de encuentros a quemarropa que se reduce al empleo del tiro instintivo, las granadas, las bayonetas y las culatas de los fusiles, apoyado todo ello por el fuego de cobertura preciso de un grupo de ametralladoras ligeras dotadas de aparatos de intensificación de imagen. 

Siempre es aconsejable preparar planes de acción teóricos para el combate, pero en el calor de la batalla yen el caos que se produce en el choque nocturno, el ataque sólo puede tener éxito si se presiona al enemigo con determinación, coraje y prestando atención a las tácticas de pelotón e individuales. 

Es difícil dar unas normas concretas para esta fase final y sangrienta del combate cuerpo a cuerpo, pero existen ciertas prácticas que deben evitarse a toda costa: 

1- No debe convergerse hacia los fogonazos de las armas enemigas. 

2- Ha de evitarse el empleo de granadas por encima del nivel del suelo. 

3- Si es posible, debe procurarse distinguir entre amigos y enemigos verbalmente antes de abrir fuego. 

Tus compañeros estarán junto a ti, a tu alrededor y quizá más adelantados. Aunque se suele decir que lo mejor es disparar primero y preguntar después, pueden gritarse voces de alerta antes de disparar. 

Contra los blocaos


Las armas contracarro como los lanzagranadas M65 de 88,9 mm y C90C de 90 mm, los cañones de 106 mm sin retroceso e incluso los misiles Milan son elementos ideales para destruir blocaos, y deben utilizarse para anular los reductos enemigos durante el asalto. Las granadas fumígenas son particularmente válidas para proporcionar cobertura a través del terreno enfilado durante la aproximación al objetivo. 

Desalojar al enemigo


El desalojo del enemigo es siempre una labor ardua. Las posiciones aisladas que hayan resistido el asalto inicial deben ser rebasadas, contenidas y, finalmente, reducidas de manera sistemática una vez que se haya limpiado el objetivo principal. Parte o la totalidad de este desalojo debe dejarse para cuando haya la luz suficiente para evitar mayores confusiones y el peligro de disparar a uno de los tuyos. 

La fase final de un asalto nocturno, como de cualquier otro ataque, es la reorganización. La planificación de esta etapa —que de nuevo es mucho más difícil de noche que durante el día— debe ser clara y sencilla. La disposición de las fuerzas ha de ser más compacta,que de día, y deben hacerse los reajustes necesarios con las primeras luces del alba. Habrá poco margen para empeñar objetivos de fortuna, y el movimiento más allá de las posiciones recién ocupadas se reducirá normalmente a partidas de protección y patrullas de exploración cuya tarea es alertar de cualquier reacción enemiga.

Mando desde atrás



En los ataques nocturnos, el oficial al mando de un batallón no debe situarse demasiado en vanguardia. No podrá ver demasiado, y el efecto moral de su personalidad y presencia sólo se verificará en aquellos hombres que estén más cerca de él. En realidad, el comandante debe estar en una posición en la que pueda estudiar mapas con la ayuda de iluminación sin que sea visto por el enemigo, y desde donde sea capaz de valorar la situación. 


TRES NORMAS CLAVE PARA UN ATAQUE NOCTURNO 


1- Sorpresa: Elige una hora —como las 03,00— en la que cualquiera que no esté de guardia duerma profundamente. Evita el atardecer y el alba, pues no seria raro que el enemigo extremara la vigilancia durante esas horas. Pero si crees que el contrario está desorganizado, actúa rápidamente. Y para provocar la máxima confusión, ataca en lugares diferentes desde direcciones distintas y al mismo tiempo. 

2- Impulso: Mantén la presión. Ataca en profundidad; usa el máximo fuego de apoyo; y mantén los carros y la infantería próximos para que se brinden respaldo mutuo. 

3- Seguridad: Procura ocultar al enemigo el momento y la dirección de tu ataque. Tu linea de partida debe ser segura, has de proteger los flancos de tu eje de avance y tus objetivos deben ser asegurados mediante una rápida reorganización.

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