BATALLA NOCTURNA
Las principales dificultades a la hora de
lanzar un ataque nocturno son la exactitud de la orientación, el reconocimiento
y la exploración de vías de aproximación, y la disposición y el control del
punto de reunión (PR).
En las noches más oscuras, es posible que
se deba recurrir al empleo de ayudas artificiales como pueden ser la cinta blanca,
las linternas, las luces de conducción nocturna en los convoyes, o los señalizadores
luminosos para balizar el eje de progresión. Pero, por razones de seguridad,
es aconsejable reducir al mínimo posible tales ayudas con el fin de asegurar
una operación eficaz, particularmente cuando el ataque va a montarse desde más
allá de la primera línea del frente (PLF) además, cuanto más equipo de visión
nocturna se tenga a mano, más se podrá prescindir de las mencionadas ayudas
artificiales.
En aquellos ataques montados desde la
propia primera linea, el balizamiento de los ejes de progresión desde la zona
de partida hasta el PR debe ser todo lo elaborado que la situación requiera.
Deben enviarse patrullas para asegurar los flancos del punto de reunión y
emplear guías especializados, por lo general procedentes de la sección de
exploración o de la policía regimental, para conducir los equipos de combate
hasta sus posiciones exactas en el PR. La línea de partida, que normalmente
estará en la PLF ,
debe estar situada perpendicularmente a la dirección del asalto y puede
señalizarse con cinta blanca o marcadores luminosos.
El momento del traslado desde la línea de
partida (que llamaremos LP) hasta el objetivo debe venir determinado por la
naturaleza del terreno, la distancia hasta el mismo objetivo, la visibilidad,
los efectivos y las posiciones del enemigo, y la cantidad de fuego de apoyo de
que se vaya a disponer. Todos estos factores determinarán también que el ataque
vaya a ser «ruidoso» o silente, iluminado o a oscuras, o que se monte desde la
misma linea del frente o desde detrás de ella. En líneas generales. cualquier
ataque nocturno debe lanzarse desde la propia PLF y comenzar de forma
silenciosa hasta que se vea comprometido, momento en el que debe hacerse el
mayor uso posible del fuego de apoyo.
Si la distancia desde el punto de reunión
hasta el objetivo es corta, los equipos de combate deben cruzar la línea de
partida dispuestos ya en formación de asalto. Pero si la distancia es excesiva
para asegurar el control adecuado de las unidades en avance, o si debe salvarse
un obstáculo como pueda ser un campo de minas, deberán usarse las formaciones
más convenientes y retrasarse el despliegue final en elementos de asalto hasta
el último momento.
Avance regular
Por la noche, el avance debe ser regular,
y todos los hombres han de saber qué medidas tomar en el supuesto de que el
enemigo utilice iluminación con luz blanca. Si el combate empieza prematuramente,
debe llamarse al fuego de apoyo preparado de antemano con el fin de neutralizar
la resistencia enemiga. Incluso cuando se haya perdido el factor sorpresa, debe
intentarse ejercer el control manteniendo al mínimo las órdenes de viva voz,
pues escuchando puede obtenerse una información valiosa sobre la reacción que
está teniendo el contrario. Más aún, una aproximación regular silenciosa puede
poner nervioso al enemigo: incluso cuando dispone de aparatos de visión
nocturna, se ve en desventaja psicológica debido a que no puede estar
completamente seguro de las fuerzas que uno está empleando, de dónde proceden y
qué tácticas están siguiendo. Sus dudas y temores serán inevitablemente
magnificados por la propia oscuridad.
El asalto, o combate a través del objetivo,
es la fase más dificultosa y arriesgada de cualquier ataque nocturno. Ha de intentarse
mantener una aproximación furtiva incluso cuando se haya perdido el factor
sorpresa: las voces de ánimo y los gritos de batalla sirven, sin duda, para elevar
la moral del atacante, pero su efecto en el enemigo es bastante dudoso. Puede
que atraigan su atención hacia objetivos individuales y pueden reducir tu
concentración y percepción para identificar las trincheras de combate del
enemigo. Un asalto ejecutado en silencio pone nervioso al contrario y le empuja
a disparar contra cualquier sombra, con lo que no consigue más que descubrir
sus posiciones.
Rebasar el objetivo
El combate en el propio objetivo requiere
preparación y ensayos, y debe llevarse a cabo de forma sistemática para evitar
la confusión y conservar el control en todo momento. En esta fase, ha de
procurarse que el plan táctico no obligue a que una sección o pelotón pase a
través de otro. El combate en el objetivo suele consistir en una serie de
encuentros a quemarropa que se reduce al empleo del tiro instintivo, las
granadas, las bayonetas y las culatas de los fusiles, apoyado todo ello por el
fuego de cobertura preciso de un grupo de ametralladoras ligeras dotadas de
aparatos de intensificación de imagen.
Siempre es aconsejable preparar planes de
acción teóricos para el combate, pero en el calor de la batalla yen el caos que
se produce en el choque nocturno, el ataque sólo puede tener éxito si se
presiona al enemigo con determinación, coraje y prestando atención a las
tácticas de pelotón e individuales.
Es difícil dar unas normas concretas para
esta fase final y sangrienta del combate cuerpo a cuerpo, pero existen ciertas
prácticas que deben evitarse a toda costa:
1- No debe convergerse hacia los fogonazos
de las armas enemigas.
3- Si es posible, debe procurarse
distinguir entre amigos y enemigos verbalmente antes de abrir fuego.
Tus compañeros estarán junto a ti, a tu
alrededor y quizá más adelantados. Aunque se suele decir que lo mejor es
disparar primero y preguntar después, pueden gritarse voces de alerta antes de
disparar.
Contra los blocaos
Las armas contracarro como los lanzagranadas
M65 de 88,9 mm
y C90C de 90 mm , los cañones de 106 mm sin retroceso e
incluso los misiles Milan son elementos ideales para destruir blocaos, y deben
utilizarse para anular los reductos enemigos durante el asalto. Las granadas
fumígenas son particularmente válidas para proporcionar cobertura a través del
terreno enfilado durante la aproximación al objetivo.
Desalojar al enemigo
El desalojo del enemigo es siempre una
labor ardua. Las posiciones aisladas que hayan resistido el asalto inicial
deben ser rebasadas, contenidas y, finalmente, reducidas de manera sistemática
una vez que se haya limpiado el objetivo principal. Parte o la totalidad de
este desalojo debe dejarse para cuando haya la luz suficiente para evitar
mayores confusiones y el peligro de disparar a uno de los tuyos.
La fase final de un asalto nocturno, como
de cualquier otro ataque, es la reorganización. La planificación de esta etapa
—que de nuevo es mucho más difícil de noche que durante el día— debe ser clara
y sencilla. La disposición de las fuerzas ha de ser más compacta,que de día, y
deben hacerse los reajustes necesarios con las primeras luces del alba. Habrá
poco margen para empeñar objetivos de fortuna, y el movimiento más allá de las
posiciones recién ocupadas se reducirá normalmente a partidas de protección y
patrullas de exploración cuya tarea es alertar de cualquier reacción
enemiga.
Mando desde atrás
Mando desde atrás
En los ataques nocturnos, el oficial al
mando de un batallón no debe situarse demasiado en vanguardia. No podrá ver
demasiado, y el efecto moral de su personalidad y presencia sólo se verificará
en aquellos hombres que estén más cerca de él. En realidad, el comandante debe
estar en una posición en la que pueda estudiar mapas con la ayuda de
iluminación sin que sea visto por el enemigo, y desde donde sea capaz de
valorar la situación.
TRES NORMAS CLAVE PARA UN ATAQUE NOCTURNO
1- Sorpresa: Elige una hora —como las 03,00— en la que cualquiera que no esté de guardia duerma profundamente. Evita el atardecer y el alba, pues no seria raro que el enemigo extremara la vigilancia durante esas horas. Pero si crees que el contrario está desorganizado, actúa rápidamente. Y para provocar la máxima confusión, ataca en lugares diferentes desde direcciones distintas y al mismo tiempo.
2- Impulso: Mantén la presión. Ataca en profundidad; usa el máximo fuego de apoyo; y mantén los carros y la infantería próximos para que se brinden respaldo mutuo.
3- Seguridad: Procura ocultar al enemigo el momento y la dirección de tu ataque. Tu linea de partida debe ser segura, has de proteger los flancos de tu eje de avance y tus objetivos deben ser asegurados mediante una rápida reorganización.
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