Guerreros de Élite: Tácticas de Infantería nº4

MISIONES DE PATRULLA

Las técnicas de patrulla son una parte muy importante del éxito del combate de infantería. Cualquier ejército que desee actualizar su información sobre el dispositivo enemigo, controlar la llamada "tierra de nadie" o bien destruir o inquietar a las fuerzas enemigas, debe desarrollar un eficaz sistema de patrullas. Por ello es muy importante que todos y cada uno de los soldados estén familiarizados con las formas de patrulla y los fines de ésta. Ésta entrega de Tácticas de Infantería se ocupará de este tipo de acciones, de las armas, el uniforme y el equipo que se deben utilizar.

Una vieja Tradición

A veces la guerra convencional ha obligado a sus protagonistas a patrullar entre sus respectivas posiciones avanzadas para obtener información sobre el enemigo y poder dominar la "tierra de nadie".

Pero en las llamadas "guerras limitadas", la actividad de patrulla puede ser todavía más importante. En el conflicto de las Malvinas, por ejemplo, un completo plan de patrullas procedió a cada ataque de importancia. Tales salidas sirvieron para delimitar los caminos, encontrar brechas en los campos de minas, evaluar los mejores accesos a las posiciones enemigas e, incluso, para inspeccionar de cerca el dispositivo de las tropas enemigas. Mediante la ejecución de ataques relámpago contra posiciones aisladas, los británicos mantuvieron a los argentinos en vela, cansados, preocupados y a la defensiva.

En las operaciones antiguerrilla, las patrullas constituyen para las fuerzas de seguridad el modo idóneo de dominar el terreno.

¿Para qué patrullar?

No se puede planear una operación sin tener en cuenta información precisa y actualizada. Pese a la existencia de sistemas muy sofisticados de obtener esa información (satélites, fotografía aérea, drones...) la actividad de patrulla es la forma más fiable de conseguirla de manera más detallada y verificable.

Poseerá el control de la tierra de nadie aquel bando que sea capaz de mantener su flujo de información. Ello, a su vez, servirán para dificultar al contrario la obtención de información sobre las posiciones de uno. En efecto, la patrulla tiene un aspecto positivo y otro negativo: si bien la mayoría de las salidas se organizan para obtener información, puede ser igualmente importante negar al enemigo la que él necesite sobre nuestro dispositivo.

La acción de patrulla pide un alto grado de profesionalidad. Se necesita una planificación meticulosa, un elevado nivel de entrenamiento individual , saber trabajar en equipo, y un liderazgo decidido. En cierto sentido, la patrulla exige más del infante que de otras muchas facetas de la guerra moderna.

Existen tres tipos básicos de patrullas: las de reconocimiento, las estacionarias y las de combate.

Patrullas de Reconocimiento

Las patrullas de Reconocimiento adquieren la información necesaria mediante la observación y actuando en secreto. En este tipo de salidas debe evitarse el combate, salvo cuando sea en defensa propia o cuando se pueda aprovechar una situación especialmente favorable o ventajosa. En el curso de las patrullas de reconocimiento se llevan a cabo diversas tareas:

1- Localización de las posiciones enemigas y sus accesos

2- Obtención del mayor número de datos posibles sobre dichas posiciones (campos de minas, puestos de guardia, alambradas...)

3- Recogida de información del terreno, que puede ayudar al desarrollo de operaciones futuras.

4- Controloar la actividad de patrulla enemiga.

5- Comprobar que las defensas propias no hayan sido anuladas o marcadas por zapadores enemigos.

Patrullas Estacionarias

Ocupan posiciones por delante de las líneas principales propias con el fin de poder advertir sobre cualquier movimiento enemigo y prevenir o desbaratar infiltraciones hostiles. El tamaño mínmo de una de estas patrullas debe ser de tres o cuatro hombres. Con estas patrullas se persigue:

1- Advertir aproximaciones enemigas

2- Vigilar el terreno que hay por delante y aquellas partes del dispositivo enemigo no visibles desde las posiciones principales propias.

Durante las patrullas estacionarias, el puesto de observación se alcanza durante la noche y en él se procura permanecer oculto durante el día. Se puede estar en contacto por radio con las posiciones a las que se está protegiendo , de modo que, de ser necesario, se pueda controlar el tiro de artillería, los morteros o las ametralladoras tanto en el asalto de la fuerza principal como en apoyo del puesto que se ocupa. Si se ha de entablar combate, lo aconsejable es retirarse.

Patrullas de Combate

Estas patrullas son ofensivas. Para llevarlas a término, los hombres se organizan con un fin determinado, con armas y potencia de fuego suficientes para trabar combate. El tipo de tareas que se pueden ejecutar durante una de estas salidas son:

1- Efectuar incursiones contra posiciones enemigas.

2- Capturar prisioneros o equipo para obtener información.

3- Preparar emboscadas

4- Descubrir y realizar acciones ofensivas contra las patrullas de reconocimiento enemigas.

Las patrullas de combate son mandadas generalmente por un oficial y deben estar formadas por por unos nueve o diez hombres. Deben poseer el potencial suficiente para hacer frente a un encuentro inesperado con una patrulla enemiga, pero asimismo han de estar formadas por el número de hombres que se puedan controlar de noche.

Los otros factores que pueden influír en el número de efectivos de una patrulla de combate son el potencial previsible de las patrullas enemigas y la misión que se le haya encomendado. Por ejemplo, la incursión nocturna del SAS en la isla de Pebble durante la guerra de las Malvinas, en la que destruyó buen número de aviones argentinos en tierra implicó a 40 hombres debido a que la misión requería una fuerza relativamente potente.

Buena Planificación

Sea del tipo que sea, una patrulla requiere una buena labor de preparación, planificación y ensayo. Deben conocerse las formaciones que se van a emplear, los métodos de cruzar obstáculos , qué se hará en caso de contactar con el enemigo y el objetivo, la forma de evacuar a un herido o conducir un prisionero.

También debe pensarse en el armamento, el uniforme, el equipo e incluso el calzado que se va a emplear.

Las patrullas de combate pueden llevar una elevada proporción de armas capaces de hacer fuego automático con el fin de poder general una elevada potencia de fuego en un momento dado. En estos casos importa más el automatismo que la precisión, por lo que se aconseja llevar fusiles de asalto capaces de hacer fuego a ráfagas. Si se precisa, puede llevarse una MG siempre que ésta no sea más un estorbo que una ayuda. Las granadas pueden ser un medio muy eficaz de sacar de apuros a una patrulla por la noche y también de infligir bajas al enemigo en el curso de una acción ofensiva.

Uniforme

Las prendas que se lleven dependerán el clima, pero en cualquier caso deben ser cómodas y permitir a los hombres moverse en silencio.

Excepto en zonas nevadas, en las que debe tomarse precauciones especiales, el rostro y os oídos deben ir descubiertos debido a que la tropa debe permanecer alerta, oír y ver sin problemas ni impedimentos. Por más frío o humedad que pueda hacer, la tropa debe actuar con el rostro descubierto y, a ser posible, llevar simplemente una boina en vez de un casco.

Antes de salir de patrulla la tropa debe asegurarse de que su equipo y ropa no roza ni tintinea. Las prendas impermeables tienen tendencia a ser bastante "ruidosas", por lo que no es aconsejable su uso.

Comida

También hay que llevar raciones, incluso cuando se pretenda ejecutar toda la operación en una sola noche. Puede que un imprevisto o cualquier retraso obligue a la patrulla a permanecer oculta durante las horas diurnas.

También se necesitará equipo de vigilancia cuando la misión que deba llevarse a cabo tenga carácter de reconocimiento . En el caso de una salida de combate, ese equipo será necesario para poder ver y empeñar al enemigo en el supuesto de que se produzca un contacto. Los visores especiales de algunos fusiles modernos pueden usarse como dispositivos de vigilancia.