LIDERAZGO
La Teniente Primero Elizabeth Constantino, asignada a la 173ª Brigada Aerotransportada, ayuda al Cabo Lee Barter del Ejército Británico a colocar su paracaídas durante el 70º aniversario de la Operación Market Garden en Eindhoven, Países Bajos, el 18 de Septiembre de 2014. (Foto de A.M. LaVey)
En la mayoría de las grandes innovaciones militares, el mando tipo misión fue concebido en el vientre de la guerra, tras las dolorosas lecciones de la derrota. En 1806, Napoleón decisivamente derrotó al Ejército prusiano en los combates gemelos de Jena y Auerstedt. Si bien el ataque francés estuvo mal coordinado, el estricto Ejército prusiano luchó aun peor y no aprovechó las oportunidades. En las siguientes semanas, la Grande Armée de Napoleón persiguió a su desmoralizado enemigo, destruyó, poco a poco, a las unidades prusianas y ocupó Berlín.
El impacto psíquico del acontecimiento impulsó la transformación del Ejército prusiano. Gerhard von Scharnhorst, Jefe de Estado Mayor General prusiano, encabezó la reforma. Scharnhorst consideró que la mejor manera de preparar a los ejércitos para el combate era capacitar, de manera integral, a los líderes de menor antigüedad y, luego, permitirles tomar decisiones independientemente. El Estado Mayor General y la Academia Militar que fundó tendrían una influencia sobre las generaciones de oficiales alemanes para que pensaran de la manera que él pensaba sobre el mando.