lunes, 28 de marzo de 2016

Tácticas de Infantería nº18

COMBATIR EN LOS BOSQUES

Paracaidistas de la 1.ª Brigada de Combate, de la 82.ª División Aerotransportada buscan cobertura y responden al fuego enemigo durante un ejercicio de combate en montaña en el campo de entrenamiento Frank D. Merrill, el 21 de septiembre de 2011. (Foto de Michael J. MacLeod / U.S. Army)

Combatir en un bosque no es lo mismo que hacerlo en la selva. Se trata de una disciplina que presenta sus propias peculiaridades y que es igualmente importante. De hecho, en caso de conflicto abierto, el combate en los bosques sería inevitable en muchas regiones europeas, sobre todo en la República Federal de Alemania, zona de máximo despliegue de la OTAN y país en el que el 29 por ciento de su extensión son bosques. 

Como supondrás, la batalla en el bosque es en gran medida un trabajo de la infantería, de modo que para poder combatir con eficacia es esencial conocer y practicar las tácticas a nivel de pelotón y de sección, enmarcadas en la estructura de una compañía o un equipo de combate. 

Efecto en las tácticas

Ante todo debes saber que el bosque tiene tres efectos principales en las tácticas. En primer lugar, incide sobre la movilidad. Todos los tipos de bosques en Alemania Federal suelen estar atravesados por cortafuegos rectos, carreteras y caminos de herradura lo suficientemente anchos para que puedan utilizarlos los carros. Aunque éstos pueden, en teoría, abrirse paso aplastando los árboles, ello ralentiza su marcha al producir acumulaciones de raíces y tierra en los elementos motrices. Por tanto, los carros suelen utilizar las carreteras y caminos, apartándose de ellos sólo cuando es preciso. 

Los vehículos de ruedas y los medios acorazados ligeros están todavía más limitados. Incluso la marcha a pie puede verse dificultada en según qué terrenos, en especial en aquellos en los que hay una alta densidad de árboles jóvenes. 

En segundo lugar, el bosque reduce la visibilidad y los sectores de tiro. Esto significa que los carros son muy vulnerables a las armas contracarro de corto alcance y que la valía de su armamento principal se ve también mermada. Los carros desplegados en bosques deben contar siempre con acompañamiento de infantería. De forma parecida, otras armas de tiro tenso como las ametralladoras y los misiles filoguiados son de empleo limitado; eso mismo es aplicable a los morteros y la artillería, toda vez que es difícil la observación de los objetivos. Incluso las transmisiones en VHF resultan afectadas. En resumen, el bosque reduce el combate a su esencia básica, al infante armado con su fusil y su bayoneta.

El tercer efecto principal de los bosques es que proporcionan en cierta medida de ocultación desde el aire. La cobertura que ofrece el "techo" de los árboles variará dependiendo de la clase de éstos y de la época del año, pero es evidente que siempre da cierto tipo de ocultación. Sólo la fotografía infrarroja puede "Ver a través del bosque" debido a que capta firmas de calor.

Conservar el terreno


Un paracaidista de la 82.ª División Aerotransportada dispara su M240B a las fuerzas de oposición durante un entrenamiento de combate en montaña en el norte de Georgia, en el campo de entrenamiento Frank D. Merrill, el 21 de septiembre de 2011. (Foto de Michael J. MacLeod / U.S. Army)

Cuando se defiende una área boscosa sólo se dispone de tres opciones. La primera de ellas es organizar una defensa ligera haciendo del bosque un obstáculo formidable con ayuda de todos los recursos de los zapadores y desplegando una sede de patrullas de combate y de emboscada en algunos puntos clave. Aunque esta solución retrasará al enemigo y le causará bajas, desde luego no podrá detenerlo. Para esto último hay que recurrir a lo que llamamos una defensa coherente. Esta requiere fuerzas de potencial suficiente para defender el bosque en profundidad y, por tanto, una cantidad enorme de hombres. Es, en consecuencia, una alternativa no siempre válida. 

La mejor solución es una defensa intermedia. Esto significa el despliegue de patrullas de combate que retrasen al enemigo, escalonadamente y a través de una serie de emboscadas, hacia una posición central preparada a conciencia. 

Para que funcione este tipo de defensa intermedia necesitará el concurso de varios puestos de observación situados en zonas más externas del bosque. Algunos de tales puestos estarán ocupados por controladores del tiro de morteros y oficiales de observación avanzada preparados para la corrección del fuego de morteros y artillería. Su tarea básica será la identificación de las rutas principales del enemigo hacia y a través del bosque. Los lindes del mismo se dejarán desocupados, pues son muy vulnerables al fuego tenso y curvo del enemigo. En el bosque en sí se dejarán expeditas algunas carreteras y caminos para que el enemigo pueda avanzar hacia donde nos interese. 

Tales caminos de avance llevarán hacia la posición defensiva principal. Ésta debe estar muy al interior del bosque y protegida en lo posible de la observación aérea y terrestre. Las demás carreteras, pistas y caminos se bloquearán con árboles caídos, zanjas, socavones y minas. Asimismo, colocaremos alambradas bajas para dificultar y retrasar la progresión de la infantería enemiga. 

Ahora ya sólo resta emboscar al enemigo sucesivamente a lo largo del camino que se le ha dejado libre, rompiendo el contacto cada vez antes de que el contrario pueda inmovilizarte o flanquearte. En estas situaciones, las armas principales serán las ametralladoras y lanzagranadas contracarro. Ha de intentarse inmovilizar el primer carro o transpone de personal, con lo que se bloqueará el camino. Cuando la infantería enemiga procure desplegarse, se encontrará con fuego de ametralladora, granadas detonadas a distancia y minas antipersonal. 

El repliegue después de cada breve choque debe hacerse con la máxima protección posible, para lo cual se habrá preparado un intenso y corto bombardeo de la artillería o los morteros. La principal amenaza para el defensor es la infantería desmontada, que puede intentar flanquearte. Para descubrirla, se colocarán bengalas activadas por cable. Ante un ataque importante de la infantería enemiga a pie, no queda otra opción que retirarse hacia la posición principal

Repliegue progresivo


Un paracaidista asignado a la 1.ª Brigada de Combate de la 82.ª División Aerotransportada reacciona al contacto con el enemigo durante el entrenamiento de montaña en el campo de entrenamiento Frank D. Merrill, el 21 de septiembre de 2011. Los soldados están recibiendo fuego de los insurgentes a ambos lados de la carretera . (Foto de  Michael J. MacLeod / U.S. Army)

Esta posición principal debe estar bien preparada: habremos abierto trincheras dotadas de protección superior y preparado reservas de munición de forma fácilmente accesible. Podemos colocar minas y alambradas bajas, y marcaremos unos sectores de tiro bien definidos y solapados. Si las emboscadas sucesivas han conseguido su meta de debilitar lo bastante al enemigo para que éste llegue en las peores condiciones a la posición principal, entonces podremos derrotarlo con más facilidad en el terreno que nos es más propicio. Pero por si el enemigo cuenta con una superioridad abrumadora, deben prepararse planes de contingencia para el abandono de las defensas. 

¡Al Ataque!


Los paracaidistas de la 82.ª Aerotransportada realizan una carga a través del bosque durante un ataque frontal a una posición enemiga durante el entrenamiento de montaña cerca de Dahlonega, Georgia, el 21 de septiembre de 2011. (Foto de  Michael J. MacLeod / U.S. Army)

Por el contrario, podemos encontrarnos atacando a una patrulla enemiga o cualquier otra fuerza de pequeñas dimensiones. En tal caso, nuestro fin será peinar el bosque, empujándola sin remedio hacia una zona de destrucción acotada por patrullas de emboscada. Si el enemigo ocupa los lindes del bosque, habrá que avanzar empleando la técnica de fuego y maniobra alternos. Una vez conseguido esto, el peinado del bosque se hace en una línea amplia formada por parejas de soldados que se cubren mutuamente cuando avanzan. La progresión puede hacerse de un árbol a otro. El hombre que va en cabeza observa cuidadosamente el terreno que tiene por delante: el que le cubre puede observar también y escuchar atentamente, escrutando los árboles que hay en la parte delantera y los flancos de su eje de avance. 

El grupo de asalto (que quizá ascienda a un pelotón cuando la operación se hace a nivel de sección), debe estar colocado en el centro y entre 10 y 15 metros aproximadamente por detrás de las partidas adelantadas. De esta forma, puede moverse en cualquier dirección si se presenta alguna amenaza o un contrataque. Si aparecen pequeños grupos de soldados enemigos, el grueso del pelotón podrá avanzar y superarles por potencia de fuego; por el contrario, si el contrario ha inmovilizado a las partidas de vanguardia, el pelotón o la sección recurrirá a las técnicas habituales y lanzará un ataque de flanqueo. 

TÁCTICA EN EL BOSQUE 


Este diagrama ilustra la forma en que debe desarrollarse la batalla defensiva una vez que el enemigo ha conseguido penetrar en la arboleda. 

1- El atacante avanza a lo largo de dos cortafuegos paralelos. pues las demás rutas están bloqueadas y minadas. 

2- El defensor tiene equipos de combate bloqueando los cortafuegos y un grupo en profundidad que constituye la reserva móvil. 

3- Al hacer contacto, el enemigo se infiltra a través del Equipo de Combate A e intenta atacar la retaguardia. 

4- Su avance es observado por la Patrulla en el punto "X". 

5 Se alerta a la reserva, que embosca al enemigo en el punto "Y".

COMBATE A TRAVÉS DEL BOSQUE 


Los paracaidistas permanecen alerta mientras descansan después de una jornada completa de combate en montaña, el 20 septiembre de 2011, en Dahlonega, Georgia. Los soldados pertenecen a la Compañía A, 1er Batallón, 504º regimiento de infantería paracaidísta, 82.ª División Aerotransportada. (Foto de  Michael J. MacLeod / U.S. Army)

La limpieza de un bosque se realiza en seis fases, a saber: 

1- Planificación y preparación: Incluye un cuidadoso reconocimiento. la apreciación táctica. las sesiones informativas, etcétera. 

2- Despliegue de las emboscadas: Hay que asegurarse de que éstas conocen las señales de fuego a discreción y de alto el fuego. Los sectores de tiro deben estar muy bien definidos. 

3- Asegurar el lindero del bosque: Quizá ello obligue a expulsar al enemigo que pueda ocuparlo. 

4 Peinar el bosque: El teniente de la sección controlará el avance, hará pausas frecuentes e informará de los progresos a los grupos de emboscada. 

5- Acción Inmediata: Las partidas a pie sólo trabarán combate inmediato, a no más de cinco metros de distancia; si el enemigo aparece más allá. se requerirá el grupo de asalto. 

6- Reorganización: El teniente informará del éxito a los grupos de emboscada y al capitán de la compañía, al que dará novedades de bajas y munición disponible. 

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