sábado, 1 de noviembre de 2014

Tácticas de Combate en Zona Urbana nº4

LUCHANDO EN LAS CALLES

Estar preparado para luchar cuerpo a cuerpo con el enemigo en cualquier momento, bajo la amenaza constante del fuego de los francotiradores, y abrirse paso a través de una ciudad defendida, es algo que requiere paciencia, determinación y buenos conocimientos de técnicas de combate. Hay que luchar habitación por habitación, casa por casa y calle por calle para poder asegurar el objetivo. Es una tarea propia de la infantería, pues en tales condiciones la artillería y los carros pueden ofrecer poco apoyo. Este capítulo de las técnicas básicas de combate urbano se ocupa de la naturaleza especial de las mismas, de los principios que las rigen y del armamento que más conviene emplear...

Puesta en Práctica

Los principios generales del ataque y la defensa pueden aplicarse también a las áreas edificadas. La forma de llevar a la práctica estas normas dependerá de si se está disputando la posesión de un pueblo, de un grupo de casas de campo o de una ciudad grande. Empecemos diciendo que el infante debe confiar sólo en sus propios recursos. Los carros y la artillería de campaña pueden ser devastadoramente eficaces a corta distancia, pero muchas veces es imposible moverlos por las estrechas calles de una ciudad. En la práctica, es el infante quien debe terminar el trabajo, casi siempre combatiendo en pequeñas unidades, a nivel de pelotón o sección. La puesta en práctica de operaciones mayores, a nivel de compañías y batallones, en las calles de una gran urbe resulta siempre muy complejo.

Un tipo de guerra especial

El combate convencional y el que se libra en áreas urbanas difieren marcadamente en algunos aspectos. 


1- Se lucha a distancias muy cortas: El enemigo puede estar en la casa de al lado o en la calle de enfrente, quizá en la habitación contigua o al otro lado de una puerta o un pasillo. El infante debe estar preparado para trabar combate cuerpo a cuerpo. Las reacciones han de ser instantáneas, pues no se dispone de segundas oportunidades. 


2- En un área edificada siempre es difícil localizar la procedencia del fuego enemigo: Los silbidos de los proyectiles de alta velocidad arrancan ecos de los edificios vecinos, de modo que es casi imposible determinar de dónde parten los disparos. Y a veces también cuesta descubrir al que está disparando, pues un defensor bien entrenado procurará hacer fuego desde el interior de las habitaciones y nunca se asomará a puertas ni ventanas.

Otros factores de confusión son el humo y el polvo que levanta el combate y que quedan en suspensión en las calles. Incluso cuando se consigue localizar un objetivo, es difícil indicárselo a los compañeros. La única forma viable es recurriendo a las trazadoras.

Combate Cercano


3- Los sectores de tiro y de observación son mucho menores de lo normal y el enemigo disfruta de mayor ocultación y abrigo que en otros escenarios tácticos: El atacante se ve obligado a exponerse si quiere avanzar. Ello le convierte en blanco de los francotiradores, que resultan particularmente eficaces en los ambientes urbanos. Están tan bien escondidos que resulta difícil silenciarles con fuego de fusil. La mejor solución es emplear un arma contracarro contra la ventana de la parte de la casa desde la que se crea que procede el fuego. Es quizá un poco exagerado, pero funciona.

4- Los carros pueden ser muy eficaces a corta distancia, pero deben ir acompañados de infantería: Si un carro se aventura solo por una calle en manos del enemigo antes de que los infantes hayan podido asegurar las casas próximas, el enemigo podrá dispararle con armas de carga hueca contra sus costados o la parte trasera, que son más vulnerables.

5- Una característica particular del combate en zonas edificadas es el bajo rendimiento de los aparatos de radio de VHF: Aunque puedan instalarse antenas remotas en lo alto de algunas casas, conseguir transmisiones fiables a nivel de pelotón y sección en áreas densamente pobladas es siempre muy difícil. Deberá recurrirse a las comunicaciones lumínicas, con cuerdas, banderas o cualquier otro sistema que se crea más fiable.


6- Y en mitad de la batalla urbana habrá también civiles: Su presencia allí dificultará la ejecución de las operaciones.

Despacio y con buena letra

Existen, además, algunas reglas especiales que deben tenerse en cuenta cuando se llevan a cabo operaciones ofensivas en áreas edificadas. 

En primer lugar y debido a la complejidad de la tarea, el plan ha de ser sencillo y progresivo. Casi siempre es mejor proceder paso a paso. 

En segundo, los mandos han de estar preparados para delegar el control hasta un extremo al que quizá ni estén acostumbrados. En la mayoría de las demás situaciones tácticas, el oficial puede ver físicamente a gran parte de su unidad y, en consecuencia, ejercer el control sobre ella. Pero en un pueblo o una ciudad esto no es posible. Las acciones tienden a ser limitadas, independientes, a nivel de pelotón e, incluso, individuales. Los mandos deben mantenerse en primera línea. Han de dividir la zona táctica en varios sectores, adjudicando objetivos limitados dentro de éstos a los pelotones y las secciones. 

Tercero, la limpieza de edilicios ha de hacerse a fondo.

Carros y Zapadores

Finalmente, deben aprovecharse al máximo las armas y medios de apoyo. Se emplearán morteros y artillería para ablandar al enemigo antes del asalto. Los carros son eficaces en el apoyo a la infantería en estas circunstancias, pues su armamento principal puede abrir boquetes de acceso en las paredes, sus ametralladoras pueden respaldar el avance de los infantes y su coraza puede ofrecer protección cuando se hayan de atravesar terrenos expuestos.

Vulnerabilidad

Sin embargo, los carros son muy vulnerables en las zonas edificadas. La infantería de acompañamiento limpiará, por tanto, las casas vecinas, donde puede acechar el mayor peligro para los carros. El apoyo de los zapadores es muy importante en áreas derruidas. Las excavadoras apartarán los cascotes y abrirán caminos para los vehículos, al tiempo que el personal detectará y desactivará minas y trampas explosivas en las casas que se asalten. Los zapadores son expertos en salvar obstáculos, en eliminarlos y en crearlos cuando fuera necesario. 

El equipo necesario

La elección de equipos y armas especiales reviste gran importancia en las operaciones de combate urbano. Hay ejércitos que ya no disponen de lanzallamas, armas de gran valía en estas condiciones, pero sí los tienen los rusos y norteamericanos. Éstos, los alemanes y los británicos los emplearon a gran escala durante la Segunda Guerra Mundial, pues descubrieron que eran idóneos para limpiar edificios y casamatas. 

Otra arma muy adecuada es el lanzagranadas acoplado a los fusiles (como los de 40 mm), capaz de lanzar proyectiles de alto explosivo a través de ventanas, puertas y otras aberturas de las casas. Una de las necesidades más perentorias es, quizá, la de abrir agujeros en las paredes para poder penetrar en las casas. Cuando faltan los carros, a veces se recurre a armas como los misiles Milan o los lanzagranadas, como los Instalaza C-90C.  Ambos han sido diseñados para perforar blindajes, algo muy distinto, pero todavía poseen cierta eficacia contra las paredes. 

Finalmente, otros complementos muy valiosos son los que sirven para escalar, como las escaleras de cuerda y los arpeos. A veces es imposible entrar en una casa por la planta baja y se necesita un medio rápido para llegar hasta una ventana del primer piso. 

Las técnicas de combate urbano están muy desarrolladas. Europa está densamente urbanizada, de modo que en caso de conflicto se producirían numerosas batallas entre áreas edificadas.

¿Qué Llevar al Combate?

Armas

Además de las armas normales de infantería, las que siguen pueden ser de utilidad:

1- Cañones sin retroceso de 106 mm

2- Lanzallamas

3- Lanzagranadas contracarro Instalaza M-65 de 88,9 mm

4- Cargas de demolición

5- Misiles contracarro (sólo cuando no se disponga de nada más adecuado).

6- Escopetas

7- Subfusiles

8- Pistolas (para combatir en lugares cerrados).

9- Fusiles de precisión.

10- Lanzagranadas de 40 mm adosados a los fusiles.

11- Morteros de 60 y 81 mm.

12- Lanzagranadas contracarro Instalaza C-90C.

Nota: La munición de 7,62 mm es más adecuada que la de 5.56 mm para el combate urbano. Una MG3 puede abrir boquetes en los tabiques de las casas.

Munición

Se necesitan tantas granadas como se puedan llevar con comodidad, además de un buen suministro de éstas y de munición para las armas individuales. Los cartuchos de 5,56 mm tienen la ventaja de ser más ligeros que los de 7,62 mm y más fáciles de usar en lugares cerrados. También se necesitará:

1- Granadas fumígenas ordinarias y de fósforo blanco.

2- Gas lacrimógeno.

3- Munición trazadora para señalar objetivos.

Equipo

1- Escaleras de asalto.

2- Cuerda.

3- Escaleras de cuerda.

4- Linternas.

5- Arpeos.

6- Material sanitario adicional.

PUNTOS CLAVE EN EL COMBATE URBANO


Transmisiones: En este tipo de combates deben mantenerse unas buenas comunicaciones. Si el oficial de la unidad no sabe qué casas han sido despejadas, no sabrá tampoco hacia dónde puede canalizar el fuego de apoyo de que disponga.

Medios acorazados: Pueden emplearse no sólo para empeñar al enemigo como si fuesen fortines móviles o cañones de asalto, sino para proteger con su coraza a los hombres durante el combate y para evacuar a los heridos de una forma rápida y segura. Si el enemigo carece de armas pesadas o contracarro, la aportación de los carros puede ser decisiva. pero no en todas las circunstancias.

No combatientes: Muchas veces, los civiles se encuentran en el lugar equivocado y en el momento menos apropiado, y su supervivencia penderá de un hilo. Ha habido ocasiones en las que, para dificultar la labor al atacante. los defensores han procurado que las ciudades expuestas a ataque estén ocupadas por gran número de civiles y refugiados.

Posiciones de tiro: La clave reside en ver sin ser visto. en matar sin que te maten.

Obstáculos y trampas: Las barricadas y obstáculos siempre estarán cubiertos por fuego directo o por trampas explosivas para causar el mayor número de bajas. Pero el enemigo también conoce este principio, así que ve con cuidado.

Identificación: En una guerra convencional, el enemigo siempre lleva uniforme, pero no sucede así en las situaciones antiguerrilla. Los miembros de Operaciones Especiales enemigos pueden vestir de paisano o incluso llevar uniformes del contrario, aun sabiendo que se exponen a una ejecución inmediata.

Protección personal: Los chalecos antibala protegen contra la metralla y los proyectiles subsónicos de armas portátiles. Los hay que incluso guardan de las balas de alta velocidad de los fusiles, pero tienden a ser muy pesados y hacen del portador un blanco más lento y, extrañamente, más vulnerable.

Elementos de puntería: Los de tipo clásico son excelentes para el tiro de reacción rápida a corta distancia, pero los visores telescópicos son ideales para identificar los objetivos y conseguir una mayor precisión. Su inconveniente es su campo visual restringido: pueden "perder" blancos rápidos e impiden ver lo que sucede en derredor.

Retirada: Ha de tenerse siempre una ruta de escape segura de un edificio a otro o de una posición a la siguiente. Cuando es así, el defensor hostiga al enemigo y cambia de emplazamiento para seguir haciéndolo. dejando que el contrario combata por la posesión del terreno pero impidiéndole acercarse y causar bajas. Es una variante del principio de fuego y maniobra.



(Arriba) Miembros del 2º Batallón de Infantería Ligera del Ejército Canadiense realizan un ejercicio de combate urbano.

(Abajo) Rebeldes Sirios luchan en las calles del pueblo de Khanasser, al Sur de Alepo. 
(


No hay comentarios:

Comparte tus pensamientos sobre este artículo