jueves, 14 de marzo de 2013

Tacticas de Combate en Zona Urbana nº2

ENTRADA EN EDIFICIOS

A primera vista, el combate urbano se resume en una máxima: quién domine las alturas tendrá una ventaja natural. Pero tarde o temprano, durante el asalto a una zona edificada, el contrario deberá expulsar al enemigo de sus posiciones. De hecho, existen diversas técnicas para obligar a los ocupantes de un edificio a pasar a la defensiva, y además, derrotarlos. En esta segunda entrega de Tácticas de Combate en Zona Urbana se explica como ir al encuentro del enemigo y echarle de sus posiciones.
Entrar en una casa

Aunque no le hayan hecho fuego a uno desde un edificio determinado, ello no significa que no esté ocupado por el enemigo o que no haya en él una trampa explosiva.

Hasta que no se tenga la completa seguridad de que se ha desalojado un edificio, siempre hay que asumir lo peor. En la medida de lo posible, no debe entrarse por puertas ni por las ventanas de la planta baja. Debe desconfiarse de cualquier boquete en la pared que no haya sido hecho por uno mismo.

De arriba a abajo


No existe ninguna fórmula de desalojar edificios que sea completamente segura para el atacante, pero es aconsejable hacerlo de arriba a abajo. Es mucho más fácil combatir desde arriba que al revés, pero, además, ello deja al enemigo una posible escapatoria. Si se acorrala al contrario en el piso superior de un edificio, este no tiene otra alternativa que luchar a la desesperada y encontrar una salida. Si se le empuja hacia la planta baja, es muy posible que intente huir y que caiga bajo el fuego de cobertura de la unidad atacante.

Aunque llegar a la azotea o tejado de una casa presenta ciertos problemas, no es tan difícil como pudiera parecer. Una vez se ha desalojado un edificio, se tiene fácil acceso al techo del colindante. Sólo la primera casa presenta un problema más complejo, que sin embargo, no lo es tanto si se dispone de helicópteros. Se pueden utilizar escaleras, cañerías o cuerdas.

La forma más sencilla de hacer llegar una cuerda a la azotea de un edificio es con un arpeo de hierro, que consiste en tres o cuatro garfios soldados y unidos al extremo de una cuerda. No debe utilizarse una cuerda delgada, aunque es más ligera, es más difícil ascender por ella que por una gruesa. Para facilitar la ascensión pueden practicársele nudos cada 30 cm, pero estos complican la operación de lanzar el arpeo.

Los Francotiradores


Debe recordarse que al trepar por una pared se está muy expuesto al fuego de los francotiradores. Por ello, antes de nada, deben tomarse todas las precauciones posibles y tomar todo el tiempo necesario a observar, estudiar y neutralizar cualquier hipotética posición de francotiradores. 

Si al ascender se ha de pasar frente a ventanas, se lanzan granadas cuando todavía se esté bajo el nivel de las mismas; debe arrojarse siempre una granada a través de las ventanas por la que se vaya a entrar. Es mucho más fácil descender que trepar por una cuerda. Cuando se pueda. debe ascenderse a la azotea, cuidando de no dejarse ver sobre la misma y descender hasta la ventana por la que se va a entrar.

Rappel

Para ello se utiliza la técnica de rappel. Éste se puede realizar de diversas formas, pero todas ellas se basan en el principio de la fricción de cuerdas a lo largo del cuerpo y de las manos. Se efectúa un rappel o descenso libre cuando no hay paredes sobre las que apoyarse para ralentizar la bajada, por ejemplo, cuando se debe desembarcar de un helicóptero que, por falta de espacio, no puede aterrizar.

El rappel requiere mucha práctica. Cuando se está en la cuerda uno depende exclusivamente de sí mismo: si se comete un error no hay enmienda posible. Debe practicarse en grupo bajo la supervisión de un profesor experimentado, y empezar por dificultades menores que no pongan en peligro la integridad física de los participantes. Es una disciplina que no debe ensayarse en solitario o sin el equipo apropiado.

En combate, es posible que no toda la unidad atacante vea quién efectúa el descenso, por lo que es conveniente que éste haga saber a los demás cuando empieza y cuando termina. Puede hacerlo a viva voz, pero para las situaciones en que se requiera una aproximación silenciosa debe haberse ensayado un sistema de señales, por ejemplo, mediante tirones de las cuerdas.

A través de la ventana


Cuando llega el momento de tener que entrar por una ventana, tenemos que hacerlo con rapidez; situados justo encima de la misma, se arroja una granada al interior y se salta la corta distancia que hay hasta la abertura. Si las circunstancias obligan a entrar en ascensión debe rebasarse el umbral, de tal forma que la propia gravedad ayude a descender y entrar en la habitación. De nuevo, nada más haber arrojado una granada, se cruza la ventana tan rápido como sea posible. 

En operaciones de desalojo de edificios es aconsejable utilizar granadas con opción de retardo (por ejemplo, la Expal M5 EA). En efecto, hay granadas que, además de detonar por impacto, tienen un dispositivo mecánico de tiempos. Este actúa como medida de seguridad, si la granada se ha lanzado a menos de 6 metros, esta no explosiona y se convierte en inerte, pero ello puede aprovecharse para evitar que el enemigo pueda devolverla en caso de que no haga explosión al caer. Se extrae el sotrozo y se libera la palanca de seguridad, se cuentan unos cuatro segundos y se lanza con fuerza al interior de la habitación: la detonación es prácticamente segura y se elimina la capacidad de reacción de los ocupantes.

Nunca debe arrojarse una granada en condiciones en las que pueda correr peligro la vida del propio lanzador. Una vez sale despedida, la granada se convierte en un arma impredecible. Puede rebotar o explosionar prematuramente. Siempre que se pueda debe utilizarse un lanzagranadas como el M203 o el M79. Estas dos armas impulsan la granada mucho más lejos y con mucha mayor precisión que con la mano.

Una vez explosiona la granada, debe entrarse al edificio inmediatamente. Si se trata de una ventana de planta baja, se necesitará la ayuda de uno o dos compañeros para llegar hasta ella. Siempre que sea posible, debe llevarse chaleco antibalas y contar con el apoyo de armas como los lanzagranadas contracarro. Éstos pueden abrir en la pared un boquete por el que podremos entrar en el edificio por un punto que el enemigo no habrá tenido en consideración al organizar sus defensas.

Movimiento en Edificios


1- Evitar las ventanas: En medio de la tensión del desalojo de una casa. es muy fácil olvidar que uno puede ser observado desde el exterior si pasa erguido frente a una ventana. No te expongas innecesariamente. 


2- Entrar en una habitación: Para entrar en una habitación se necesitan tres hombres: uno da cobetura y los otros dos ejecutan la acción. El primer hombre arroja una granada y cruza el umbral en cuanto ésta ha explosionado. Se pega a la pared y su compañero inspecciona la habitación. 


3- Pasillos y corredores: Los pasillos y corredores deben evitarse. Si no se puede pasar directamente de una a otra habitación. debe ofrecerse el menor blanco posible avanzando pegado a la pared. 


4- Ratoneras: Una "ratonera" es un boquete en la pared. abierto expresamente como entrada alternativa. Las puertas pueden tener trampas explosivas, por lo que es preferible utilizar una ratonera. arrojando antes una granada. 

Entrar por la Planta Baja

Esta es la manera de entrar en grupo por la ventana de una planta baja, solución que, no obstante, debe evitarse en lo posible.


1- Dos hombres izan: Dos hombres se sitúan frente a frente, improvisando un estribo con las manos o con una madera o barra de hierro. El tercer soldado es levantado hasta que alcanza la ventana.


2- Un hombre iza: Un soldado se apoya contra la pared y forma un estribo con las manos, mientras el otro , que ya está dentro, ayuda al tercero a ascender.


3- Dos hombres tiran: Una vez que dos hombres estén dentro, tiran del tercero, que se ayuda presionando con los pies contra la pared.



Vídeo del Ejército Belga realizando un ejercicio de Combate Urbano

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