LAS MISIONES DE INFORMACIÓN
Los guerrilleros rurales pueden mezclarse fácilmente con la población, formando
parte de la comunidad local, por lo que es fundamental desplegar un buen
servicio de información. En Rodesia, algunas organizaciones participaron en la
especializada profesión de hacer acopio de información. El Ejército contaba con
los Selous Scouts, unidad multirracial especializada en infiltrarse en las
redes de los guerrilleros y en la más sencilla, pero fundamental, tarea de montar
puestos de observación (PO) a largo plazo.
Naturalmente, la población local es la
fuente ideal de información, pero a menos que se consiga un alto grado de
credibilidad, confianza y respeto populares, las posibilidades de éxito serán
muy reducidas. Los guerrilleros también intentarán ganar el apoyo de la
población, ya que no podrán sobrevivir sin contar con los suministros, el
refugio y la información proporcionados por la comunidad.
Sabiendo esto, el enemigo realizará todos
los esfuerzos posibles para ganar el "apoyo local". Al principio,
puede reproducir los métodos empleados por las fuerzas del Gobierno. Sin
embargo, si fracasa la diplomacia, lo más seguro es que se imponga la
violencia. ¿Por qué un guerrillero debe perder meses negociando con el líder de
una localidad cuando un balazo en la cabeza convencerá de forma inmediata al
poblado de la fuerza de la causa guerrillera?
¿Y qué se puede hacer en esas circunstancias?
Una población sometida a una fructífera campaña de "corazones y mentes"
responderá, en teoría, cooperando con las fuerzas del Ejército. Sin embargo,
cuando un pueblo ha sido intimidado por una corta y violenta visita de unidades
guerrilleras locales y ha proporcionado refugio a un grupo, cuyos componentes
se convierten en "miembros de la comunidad", la situación se hace muy
difícil.....
La voz de los niños
En estas situaciones apenas se cuenta con
tiempo ni ganas de dar un sermón a la población para hacerle ver el error que comete con este tipo de actitudes. Hay que averiguar de forma inmediata todo lo
que se pueda saber acerca de la unidad enemiga, seguirla y eliminarla cuanto
antes. Puede parecer una afirmación hecha con frialdad, pero con frecuencia los
niños son una fuente ideal de información. Se lleva al niño aparte y, con
amabilidad, se le hacen algunas preguntas: "¿Has visto a gente extraña en el
pueblo? ¿Has visto gente armada?". Posiblemente una barrita de chocolate
le refresque la memoria. Y si ha visto gentes armadas, ¿recuerda cuándo se
fueron y qué camino tomaron?
Mientras un grupo interroga a un niño,
otro puede hablar con sus padres. Así se emplea su miedo convergente para
llegar a un resultado práctico. Para el soldado, un dato oportuno podría
significar el éxito.
Contrainformación
Un Selous Scout Rodesiano patrulla armado con una ametraladora PK de origen soviético durante la Guerra CIvil de Rodesia
El experto en contrainformación contribuye
de forma singular a la seguridad militar. Pero su índice de éxitos dependerá de
la eficacia, nivel de alerta y sentido común de los soldados.
La célebre frase de la Segunda Guerra
Mundial "Charlar despreocupadamente cuesta vidas" mantiene su plena
vigencia. No se debe conversar sobre el trabajo u otros asuntos de seguridad
delante o cerca de personas no autorizadas. Esto comprende bares, restaurantes
y otros lugares públicos, incluidos los comedores y cantinas de los cuarteles.
Los temas clasificados no deben ser discutidos a través del teléfono o la
radio, ni con las esposas, parientes o amigos.
El sentido común también dicta la norma de
que no se deben dar pistas que puedan alertar al enemigo sobre una operación
inminente. La realidad de cometer errores estúpidos desafía lo
imaginable.
En el sur de Africa es bastante común que
"porteadores" del lugar sean empleados por oficiales y soldados. En
una ocasión, un oficial decidió desplegar a sus hombres alrededor de un pequeño
pueblo minero a raíz de que los servicios de información indicaran que sabían que se preparaba un ataque nocturno.
Pérdida de tiempo
Para sorpresa mayúscula de los soldados,
se les trasladó a sus posiciones al atardecer, a plena vista de los curiosos
porteadores. Algunos de éstos se encaminaron al pueblo para pasar la noche.
Pues, a pesar de todo, la operación siguió adelante y la sorprendida unidad
pasó la gélida noche en estado de alerta para no hacer nada. Como suponían los
soldados, los porteadores habían pasado la información sobre la emboscada que
se preparaba.
Guía del interrogador
Un soldado acaba de salir de un combate en
medio del denso chaparral, dos de sus compañeros han muerto y él ha estado a
punto de unirse a la lista de bajas. De repente, del matorral emerge una
figura, arroja su AKM y levanta sus brazos en señal de rendición. ¿Qué hay que
hacer? En un instante se ha encontrado con un prisionero. Ahora hay que
registrarlo y quitarle el equipo para proceder a interrogarle.
Hay que limitar las preguntas a aquellas
que afecten a la situación táctica inmediata. Por ejemplo:
1- Identificar al prisionero.
2- Número y procedencia de los miembros de
su grupo.
3- Armas y equipo que tiene su
unidad.
4- Prendas de vestir que emplean sus camaradas.
5- Lugar de procedencia del individuo y
tiempo transcurrido desde que dejó su lugar de origen.
6- Objetivo del prisionero.
7- Campamentos guerrilleros o lugares de
descanso en la zona.
8- Medios de suministro y escondrijos de
los que disponen los guerrilleros.
9- Rutas y puntos de encuentro de los
guerrilleros.
Naturalmente, el mejor momento para
interrogar a un prisionero es inmediatamente después de su captura, cuando esté
atemorizado y en estado de shock. Hay que obtener la máxima ventaja de esta
situación.
PRINCIPIOS DE ACCIÓN
Debe tenerse en cuenta que no se puede ganar la guerra si se socava la posición del Gobierno desencadenando acciones ofensivas contra la población indefensa o si se fracasa en el empeño de proteger a ésta de la influencia de los guerrilleros. En ambas situaciones, las fuentes de información sobre la que se basan las operaciones serán necesariamente limitadas. Las operaciones militares deberán estar guiadas por los siguientes principios:
1- Justificación: Cada operación individual y cada acto militar deberán poder ser justificados públicamente y en si mismos.
2- Prevención: La acción deberá estar preparada para prevenir la acción de las guerrillas y de actos ilegales; no se debe actuar por ánimo de represalia, venganza o castigo.
3- Fuerza mínima: Hay que emplear la mínima fuerza necesaria para ejecutar la misión inmediata en el menor tiempo posible.
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