jueves, 11 de diciembre de 2014

Tácticas de Fuerzas Especiales nº4

LA ZONA DE SALTO

Mientras luchaba por dejar todo el equipo en el suelo, se alegraba de haber podido llevar el coche tan cerca de la zona de lanzamiento. Que Dios ayudase e esos tres si traían consigo algo más que el equipo esencial... por todos los diablos, tendrían que llevarlo ellos mismos: Siguió mirando a las nubes grises que se arrastraban perezosamente a baja altitud mientras colocaba los paneles reflectores en sus armazones y los disponía según la letra del dia. Una L, por Larry. Ese era su nombre. ¿Un buen presagio? Eso esperaba 

Odiaba estos lanzamientos de sólo tres o cuatro hombres. No sólo tenia que señalar toda la zona de salto él solo, sino encargarse también de que después se recogiera todo. Y sin un equipo de seguridad. Desabrochó la Colt Centennial Airweight de su sobaquera por vigésima vez y se dispuso a esperar el zumbido tranquilizador de un avión en vuelo bajo, y los paracaídas que florecían en el cielo del amanecer... 

Señalar las zonas de salto

Incluso si su navegación es excelente y sus instrumentos funcionan. el piloto aún tiene que ser ayudado en el trecho final de la aproximación por señales en tierra. De noche, éstas pueden ser linternas eléctricas, bengalas, fuegos pequeños o luces de automóviles. 

Por el día, el mejor método de señalizar las ZS consiste en unos paneles cuadrados que se suministran en juegos a las unidades de las Fuerzas Especiales. Si no los hay disponibles, se utilizan sábanas o tiras de ropa de color, pero asegurándose de que destacan sobre el fondo. Los cuadrados se usan para hacer formas que se puedan distinguir o letras que se cambian cada día de acuerdo con las Instrucciones Operacionales Reglamentarias de la unidad. 

Granadas fumígenas o simplemente botes de aceite en llamas son una buena ayuda para la identificación. 

Los aparatos radiogoniométricos se han vuelto muy populares a medida que ha mejorado la tecnología que los apoya, pero recuerda que tienen que emitir una señal de radio para funcionar. Y, por supuesto, si tú puedes captar una señal, el enemigo también puede hacerlo. 

Puntos de lanzamiento

El grupo de apoyo en tierra está en mejores condiciones de calcular el factor de deriva del viento (la distancia que arrastrará el viento a los bultos y al personal en paracaídas) que el propio piloto; por tanto, el grupo de recepción en tierra deberá tener en cuenta esta circunstancia a la hora de señalar el punto de lanzamiento. El viento no empieza a afectar a la carga inmediatamente después de qué ésta deja el avión. Se suele considerar que la carga se desplazará en la misma dirección que el avión durante unos cien metros antes de empezar a desviarse a un lado. 

El impulso se calcula por una simple fórmula: la altura del avión en pies por la velocidad del viento en nudos y por una constante: tres para los pertrechos y cuatro para las personas. Los señalizadores del punto de lanzamiento deben situarse compensando la posible deriva propiciada por el viento. Los obstáculos que haya a lo largo de la senda del avión impiden que el piloto vea los señalizadores, y con el fin de reducir ésta posibilidad el terreno debe estar despejado en 15 metros por cada metro de altura del avión sobre el terreno. Un obstáculo de 30 metros de altura no debería estar a menos de 450 metros de las señales en el terreno. 

Los señalizadores deberían situarse de tal manera que fuesen visibles sólo en la dirección por la que se aproxime el avión. Esto puede significar que debas ocultarlos por los tres lados restantes, situándolos en hoyos con la inclinación del lado apropiado o, en caso de que sean paneles, montándolos con un ángulo de 45 grados. 

Zonas sin señalizar

En operaciones especialmente delicadas, puede que resulte necesario hacer la entrega de personal y de equipo en zonas de lanzamiento sin señalizar. Esto normalmente se realiza a la luz del día o con luna llena en una zona que posea un rasgo geográfico lo suficientemente importante para reconocerlo sin posibilidad de error. 

Por razones de seguridad, el grupo de recepción en tierra no podrá comunicarse con la tripulación. El piloto tendrá que calcular por sí mismo la deriva del viento, utilizando como guía los últimos informes del tiempo, y tendrá que basar sus cálculos en tales estimaciones. 

Los aparatos electrónicos de goniometría deberían usarse en la medida de lo posible para ayudar a la tripulación a reconocer la ZS, pero es preciso que se llegue a un arreglo para mantener las transmisiones al mínimo imprescindible. 

Salto a gran altitud y apertura a baja cota


Algunas de las técnicas más espectaculares del paracaidismo deportivo son un reflejo de una modalidad de infiltración en paracaídas de las Fuerzas Especiales conocida como HALO (por salto a gran altitud y apertura a baja cota). Después de saltar a casi 10 000 metros, el paracaidista desciende en caída libre, controlando su dirección con movimientos de las manos, que actúan de forma similar a las superficies móviles de mando de un avión. Los señalizadores de la ZS indican el punto de aterrizaje en esta técnica, ya que el paracaidista es capaz de hacer correcciones. En los últimos cien metros del descenso, sin embargo, se verá sujeto a las mismas fuerzas que influyen en un descenso normal, y por tanto es preciso mostrarle la velocidad y la dirección del viento. Por eso los señalizadores de la zona se colocan en tierra formando una flecha apuntada en la dirección del viento. Si la fuerza de éste es de sólo cinco nudos se indica formando solamente la punta de la flecha, añadiéndose un señalizador adicional —formando la cola— por cada cinco nudos de más. 

Utilizando electrónica avanzada, no es necesario que el área del objetivo sea visible desde el avión, de manera que el salto en HALO puede hacerse por encima de una nube o de la noche. El equipo puede ser lanzado también en caída libre, usando paracaídas de apertura controlada por un altímetro y las mismas técnicas de puntería que se emplean en el bombardeo de precisión desde alta cota. 

El grupo de recepción

El grupo de recepción se divide en cinco elementos, aunque una sola persona puede, por supuesto, desempeñar más de una función. Esos cinco elementos y sus funciones son las siguientes: 

1- Grupo de mando: para controlar y coordinar la operación, y proporcionar apoyo médico. 

2- Grupo de señalización: que pone y quita los señalizadores y asiste a la recuperación del equipo y del personal y a la limpieza de la zona. 

3- Grupo de seguridad: que procura que elementos hostiles no interfieran en la operación. 

4- Grupo de recuperación: que en teoría debe constar de dos hombres para cada bulto o paracaídas.

Debería distribuirse por el eje de llegada con el mismo intervalo con el que se esperan los lanzamientos. Alguno de esos hombres debería situarse al final de la senda de lanzamiento, ya que es más posible que la llegada de pertrechos a tierra se quede larga antes que corta. El grupo de recuperación es también responsable de la limpieza y "esterilización" del lugar del lanzamiento, y eso incluye instruir sobre los procedimientos adecuados a todos los miembros del grupo de recepción. Un elemento de vigilancia debería tener en observación la ZS durante 48 horas después de la operación con el fin de avisar de la actividad del enemigo. 

5- Grupo de transporte: es el responsable de sacar al personal y al equipo fuera de la ZS de acuerdo con un sistema preestablecido. El equipo de transporte incluirá normalmente a todos los miembros de los grupos de mando, señalización y recuperación. 

Seguridad


Ya que la seguridad y la ocultación son tan importantes para las operaciones de las Fuerzas Especiales, al seleccionar las zonas de recepción se debe prestar mucha atención a estas consideraciones: ausencia de interferencias enemigas en el área; accesibilidad para el comité de recepción a través de rutas ocultas o seguras; y proximidad a áreas aptas para esconder los pertrechos y el equipo. 

Evitar al enemigo

No es necesario decir que la ruta de aproximación y salida del avión a la zona de lanzamiento debe evitar las instalaciones de fuerzas enemigas. Debe haber un alto nivel de actividad de patrulla durante un tiempo por la ZL antes de que la operación tenga lugar. Cuando sea preferible que el avión aterrice en vez de lanzar los suministros en paracaídas, debería.disponerse de vehículos equipados con armas automáticas que escoltasen al aparato, por lo menos uno a cada lado, durante el aterrizaje y el despegue (recuerda que tales vehículos tendrán que empezar a moverse y acelerar en el punto en el que el avión toque tierra). Si se recibe fuego, las tripulaciones de estos vehículos deben desplegarse para contenerlo inmediatamente. De hecho, se hace aterrizar a los aviones sólo si no hay otra manera de llevar a cabo la misión, y eso significan normalmente que el personal y el equipo deben ser evacuados. Aviones ligeros construidos para ese propósito pueden aterrizar y despegar en espacios muy reducidos, pero su alcance es extremadamente limitado. 

En general, un avión medio necesita un espacio llano y despejado de 1 000 metros de largo y 30 metros de ancho. Incluso un avión ligero necesita 350 metros para aterrizar y despegar bien. "Llano y despejado" en este contexto significa sin zanjas, baches, troncos, vallas, setos, matorrales ni piedras mayores que el puño de un hombre. Nada fácil. Por todo lo dicho, es evidente que preparar una pista de aterrizaje será una operación importante y que no puede hacerse para una sola misión.

Sin embargo, hay terrenos más adecuados y fáciles que otros. Por ejemplo, los helados. Veinte centímetros de hielo sostendrán un avión ligero, y 60 centímetros —nada raro en según qué latitudes— sostendrán el peso de un avión de transporte medio. Las playas anchas y arenosas se pueden también utilizar sin preparación alguna. 

El tramo de arena entre la marea alta y la marea baja es normalmente firme y llano. 

Recogida en vuelo


Una de las operaciones aerotransportadas más dramáticas de las Fuerzas Especiales es la recogida en vuelo, por la que el avión puede embarcar una carga sin necesidad de tocar tierra. 

El equipo necesario para este tipo de extracciones se lanza, en dos contenedores, a los fugados, heridos, pilotos derribados, guías e incluso a quienes deban evacuar cadáveres cuando sea políticamente aconsejable. 

El equipo se compone de un globo y dos contenedores de gas para inflarlo, un cable elevador, ropa protectora y unos atalajes. La versión anfibia incluye también un bote inflable. El equipo de recogida en vuelo se lanza en la primera pasada por la ZL. La persona a evacuar debe ponerse el traje y los atalajes, ajustarse el cable elevador e inflar el globo. Cuando éste se eleva, el evacuado debe sentarse de cara a la aproximación del avión. En su segunda pasada, éste atrapa el cable, libera el globo y el evacuado es halado al interior del avión. 



INFORME SOBRE ZONAS DE LANZAMIENTO 

La información mínima necesaria para establecer una zona de lanzamiento comprende lo siguiente: 

1- Indicativo y clase de ZL: primaria, secundaria y agua. 

2- Coordenadas. 

3- Cuadrantes abiertos medidos desde el centro de la ZL e indicados en la dirección de las agujas del reloj desde el norte. 

4- Rumbo del avión, medido desde el centro de la ZL.

5- Obstáculos en el radio indicado. 

ENVÍO EN HELICÓPTERO


Para el empleo más eficaz del helicóptero, la zona de aterrizaje debería estar situada de forma que pueda aterrizar y despegar con el viento. De noche, el helicóptero deberá aterrizar para depositar el personal o la carga, pero a la luz del día se mantendrá en estacionario a unos dos metros del suelo y el equipo saltará a tierra por el portón. 

Altitud y temperatura

Recuerda que las temperaturas elevadas y la altitud reducen la densidad del aire. Esto significa que el helicóptero no podrá llevar tanta carga y necesitará un mayor espacio para despegar y aterrizar. 

Ruido

El ruido de un gran helicóptero como el Chinook aproximándose para aterrizar delatará tu posición a cualquier fuerza enemiga cercana. Por este motivo, el aterrizaje de helicóptero debe realizarse en lugares remotos, a no ser que se disponga de un fuerte elemento de seguridad. 

Senda de aproximación

Los helicópteros necesitan una senda de aproximación de al menos 75 metros de ancho. De noche se precisa un espacio mínimo de 90 m de diámetro.

Camuflaje seguro

Deberías quitarte toda la vegetación, trozos de tela y demás que lleves como camuflaje personal en el momento de salir o entrar en el helicóptero. La vegetación suelta puede ser absorbida por las tomas de aire y causar un serio daño al aparato. 

Precauciones

Mientras estés dentro del helicóptero, agarra el fusil con el cañón apuntando al suelo para que, si accidentalmente se dispara, la bala atraviese el piso y no las partes superiores vitales del helicóptero. 

Vehículo ligero de ataque


Este todoterreno armado tiene excelentes prestaciones campo a través y permite a los equipos de operaciones especiales cubrir un área mucho mayor. Con un peso de sólo 500 kg, puede ir armado con una Chain Gun, una GPMG de 12,7 mm o un lanzamisiles TOW. 

Evita el flujo del reactor

Al salir de un Chinook debes alejarte en linea recta. Si te desvías a uno u otro lado te expondrás al flujo de descarga de los motores, que es lo bastante caliente para prender luego a tu equipo personal. 

Terreno

La superficie elegida corno zona de aterrizaje debe ser relativamente llana y estar libre de obstáculos corno troncos, rocas, zanjas o vallas. la inclinación máxima del terreno debe ser de 15 grados. Si el área está muy seca, puedes mojarla para reducir la inevitable nube de polvo, que puede perjudicar la visión al piloto.

Posarse en el agua

El Chinook puede posarse en una área inundada siempre que el fondo sea firme y la profundidad no exceda de 46 cm. 

PROCEDIMIENTOS DE "LIMPIEZA" 

El grupo de recepción limpiará la zona de lanzamiento después de la operación. Debe hacer lo siguiente: 

1- Recoger las colillas de cigarrillos, los envoltorios de la comida, el equipo disperso y los excrementos humanos. 

2- Recoger los atalajes y los paracaidas. 

3- Hacer recuento de todos los pertrechos. 

4- Enterrar cualquier desecho o equipo que no interese, preferiblemente en sitios distintos, en la base de grandes matorrales. 

5- Borrar las huellas y las señales del impacto. Se usan ramas con hojas y se disimulan con barro los extremos desgajados del árbol. 

6- La vegetación no debe pisarse, sobre todo en áreas cultivadas. 

7- Debe mantenerse la seguridad en el camino de ida y de regreso de la ZL. 



Documental del US Army de 1969 ( en inglés) sobre las Operaciones en Zonas de Salto

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