COMBATIR A TRAVÉS DE UNA POSICIÓN ENEMIGA
El cabo Cody Baker (centro) y el cabo Jerimiah Lance del 3.er Batallón, 1.er Regimiento, de la 15.ª Unidad Expedicionaria limpian una trinchera durante un ejercicio en el Sudoeste Asiático el 17 de Septiembre de 2015. (Foto de Jamean Berry)
El asalto y el combate a través de una
posición enemiga deben llevarse a cabo con el apoyo de toda la potencia de
fuego de que se disponga. Cuando toma parte en un ataque a nivel de agrupación
de batalla o equipo de combate, el infante cuenta con la potencia de fuego
directa de carros y TOA, y la indirecta de la artillería y los morteros.
Puede que, incluso, le apoyen los aviones de ataque al suelo. A nivel de
pelotón y de sección, el fuego de apoyo no es, evidentemente, tan completo y
pesado, pero deben coordinarse las armas colectivas de que se disponga
—ametralladoras, medios contracarro— para producir un volumen de fuego que
permita vencer en el tiroteo y conseguir la iniciativa.
Avanzando a nivel de compañía, una sección
suele llevar uno o dos pelotones adelantados y el tercero en profundidad. Dicha
progresión continúa hasta que se alcanza lo que llamamos Línea de Fuego Eficaz
(LFE). Se trata del punto en el que el enemigo utiliza sus armas portátiles con
tal eficacia que un ulterior avance de la sección atacante comportará
forzosamente un número inaceptable de bajas: llegados a este momento, la
sección debe ponerse a cubierto. Esto último significa que el atacante ha
perdido la iniciativa: su meta inmediata debe ser imponerse en el tiroteo y
recuperar la mencionada iniciativa. Esto puede durar bastante tiempo, quizá
horas, y si el atacante no consigue concentrar adecuadamente todos sus recursos,
la ofensiva puede degenerar en un duelo inconcluso en el que sólo se consigue
consumir tiempo y munición.
Fuego de apoyo
Marines del 3.er Batallón, 1.er Regimiento, de la 15.ª Unidad Expedicionaria realizan defienden una trinchera recién capturada durante un ejercicio en el Sudoeste Asiático el 17 de Septiembre de 2015. (Foto de Jamean Berry)
En primer lugar hay que asegurarse de que
todas las armas están correctamente emplazadas y listas para abrir fuego. Si se
cuenta con apoyo de artillería o de morteros, se le asignarán los objetivos.
Cuando todo esto esté listo y el asalto planificado, se pedirá un crescendo
devastador de fuego de apoyo hasta que el atacante recupere la iniciativa y
pueda emprender el asalto definitivo.
Este último se lanzará en el momento en
que el oficial al mando considere que puede imponerse en el tiroteo. La
decisión ha de ser correcta, sin margen de error posible. Dentro de una
sección, el momento de pasar al ataque llega cuando se ordena avanzar hasta la
siguiente cobertura, quizá a unos 20 o 30 metros , con el fuego
de protección de las demás secciones de la compañía. Una vez esa primera
sección se ha puesto a cubierto, avanza la siguiente y así sucesivamente. Este
proceso continuará hasta que las secciones asaltantes estén tan cerca del
enemigo que el movimiento de una de ellas interfiera en el fuego de cobertura
de otra. Esta distancia puede variar, dependiendo del terreno y de la eficacia
del enemigo; como regla general, puede ser de unos 100 a 150 metros del
objetivo.
Es en este momento cuando empieza el
movimiento autónomo dentro de la propia sección. El proceso de fuego y maniobra
alternos prosigue hasta que el avance de uno de los pelotones de la sección interfiere
en el fuego de los otros. Entonces el pelotón se divide en escuadras y continúa
disparando y maniobrando hacia el enemigo. Esta aproximación empieza a 40 o 50 metros de las lineas
contrarias.
En este punto, una de las escuadras intenta
situarse para disfrutar de la cobertura de la otra durante el corto asalto
final contra la trinchera más próxima en la Primera Línea de la Posición Enemiga
(PLPE); otra alternativa es intentar cargar contra esa primera trinchera con la
totalidad del pelotón. Sea cual fuere el método que se elija, hay que limpiar
físicamente estas primeras posiciones. Será una dura y costosa batalla a
quemarropa, con el fusil, la bayoneta y las granadas. Puede que también se
puedan emplear los lanzagranadas. Una vez tomada la primera trinchera, la
situación del pelotón atacante será muy precaria y estará expuesta a contrataques,
de modo que debe mantenerse el impulso del ataque combatiendo sin demora alguna
en toda la profundidad de las defensas contrarias. Por cansados que estén los
hombres, es el momento de sacar las últimas reservas de coraje y determinación.
El teniente de la sección debe ir lo
bastante adelantado para poder controlar su unidad, dirigir el fuego contra las
trincheras que aún resistan y mantener el contacto con los pelotones de
flanqueo. Ahora puede tener lugar una serie de ataques a nivel de pelotón
empleando las técnicas de fuego y maniobra, todo ello dentro del esquema
ofensivo de la sección.
A medida que se progresa de una trinchen a
otra a través de las defensas contrarias, hay que asegurarse de que los soldados
enemigos quedan muertos o desarmados. Idealmente, se ordenará a los
supervivientes enemigos sentarse en terreno descubierto y con las manos en la
cabeza, aunque, por supuesto, ello no es posible cuando el combate aún está en
su apogeo. Sea como fuere, es imprescindible que todo enemigo rebasado no esté
en condiciones de seguir combatiendo. Una vez capturado el objetivo ha de
limpiarse cada posición enemiga. Este tipo de operación es una de las peores
formas de combate: no existen normas ni procedimientos. Cada hombre lucha a su
forma a través del enemigo. Sólo su determinación, coraje, preparación física y
técnicas de combate decidirán si sobrevive o no.
En un ataque mecanizado se procede de una
forma casi idéntica. Si la oposición es muy ligera, los transportes de personal
pueden llegar al contacto contra la posición enemiga, pero en la mayoría de los
casos, sobre todo cuando existe una poderosa defensa contracarro, la tropa
deberá desembarcar a poca distancia de la PLPE y asaltar a pie. En ambos casos, el fuego de
apoyo tiene una importancia crucial. Puede contarse incluso con misiles
contracarro, que, si bien sus objetivos principales son los medios acorazados,
pueden servir para destruir reductos y casamatas en profundidad o en los
flancos que están apoyando el ataque. Los equipos de misiles contracarro deben
tenerse a mano para poder llamarlos rápidamente cuando haya que anular un
objetivo problemático.
Lanzagranadas
Soldados del 5.º Batallón, del 5.º Regimiento Real Australiano disparan un M72A6 LAW de 66 mm durante el asalto a una trinchera el 20 de Julio de 2014 en el Centro de Entrenamiento Pohakuloa, Hawai, en el marco del ejercicio RIMPAC 2014 (Foto de Wesley Timm)
Los lanzagranadas —como los C-90C
de 90 mm—deberán estar siempre a disposición, pues son muy eficaces contra las
trincheras y las casamatas. Son armas ligeras y relativamente fáciles de llevar
cuando se toma parte en una agotadora operación de fuego y maniobra hacia y
entre el enemigo. También puede recurrirse a los cañones sin retroceso de 106 mm , que, aunque más
engorrosos, por lo general viajan a bordo de vehículos y tienen una potencia de
fuego demoledora. No hay reducto enemigo que resista un ataque de infantería
con el apoyo combinado de un CSR y algunos C-90C .
Una vez comienza la batalla a través de
las posiciones enemigas, el reaprovisionamiento de munición puede ser muy
difícil —cuando no imposible— hasta que concluya el combate. Por tanto, hay que
mantener cierta clase de disciplina de fuego en la confusión del combate a
quemarropa y, antes de lanzar a los hombres a este tipo de operación,
asegurarse de que cada uno de ellos lleva una dotación adicional munición.
Asimismo, hay que ejercer un control
estricto sobre el empleo de las granadas de mano. Éstas constituyen una forma
muy eficaz de anular al contrario en su trinchera, pero cuando se está en
posición de cuerpo a tierra pocos hombres pueden arrojar una de ellas a más de
cinco metros, y siempre es difícil asegurarse de que va a caer en una
trinchera. El uso indiscriminado de las granadas de mano puede causar bajas
entre los propios atacantes.
Cuando se ha tomado la posición enemiga,
hay que reorganizarse rápidamente para hacer frente a un posible contrataque
enemigo. Identificaremos y trataremos a los heridos, conduciremos a los prisioneros,
asignaremos los sectores de tiro de los fusileros, emplazaremos las armas
contracarro y, de ser necesario, cavaremos allí donde no sea posible aprovechar
las posiciones recién tomadas. La reorganización, a diferencia del combate a
quemarropa, tiene sus normas, pero ha de hacerse de la forma correcta: no tiene
ningún sentido pasar por el infierno del combate a través de las defensas
enemigas sólo para fracasar en el objetivo a causa de un contrataque que te ha
sorprendido sin haberte reorganizado de manera apropiada.
En la reorganización se aplican todas las
reglas de la defensa. Hay que organizar una fuerte posición lo antes posible,
utilizando tantas trincheras y equipos enemigos como se pueda. Cuanto más
rápido contrataque el enemigo, más vulnerables son las posiciones recién
tomadas; en cambio, una vez establecidas las defensas, será difícil desalojarlas
por vigorosa que sea la reacción enemiga
EL ATAQUE DELIBERADO
Este es el esquema completo de un ataque deliberado, pero vamos a examinarlo paso por paso:
Área de Concentración
El Área de Concentración se haya entre 15 y 20 km de la primera línea de frente. Es aquí donde las tropas reciben sus órdenes y las últimas informaciones tácticas, donde descansan y se organizan. Esta zona debe estar a salvo del fuego artillero enemigo, camuflada de la observación aérea y preparada para la defensa.
Área de Reunión
El Área de Reunión está entre 1 y 8 km de la primera línea de frente y se emplea para efectuar los últimos preparativos, coordinarse con los carros y otras unidades y como punto de partida para el reconocimiento del Punto de Formación (PDF)
El escalón de transporte de la unidad no toma parte en la batalla. Su misión es llevar las reservas de munición y ocupar el PDF después de la Hora H.
El pelotón de reserva puede servir para proteger los flancos de la fuerza de asalto o como refuerzo por si algún otro pelotón necesita ayuda.
Puntos de Formación (PDF)
El PDF es el punto en el que las tropas se despliegan inmediatamente antes del ataque para adoptar su formación de asalto. Aquí se dan las últimas informaciones y órdenes, pero la idea es permanecer en el PDF el menor tiempo posible.
Línea de Partida
La línea de partida es un punto imaginario en el que los pelotones cruzan en la Hora H, el comienzo del ataque. Todo el plan se ha preparado en relación a la Hora H.
Línea de Fuego Eficaz (LFE)
La Línea de Fuego Eficaz es el punto en el que el fuego enemigo es eficaz, donde cualquier intento de avanzar sin fuego de supresión costará bajas. Desde ese lugar se avanza por saltos o reptando, según el terreno y de quién esté ganando el tiroteo.
Desde la LFE, la unidad se divide en pelotones y escuadras, que avanzan maniobrando y disparando, hasta llegar a la trinchera, que se asalta por parejas: una de ellas es atacada y la otra proporciona fuego de apoyo; sólo un pelotón de cada sección procede así al mismo tiempo.
Primera Línea de la Posición Enemiga (PLPE)
En la PLPE, la primera escuadra que ocupe la posición informa de las trincheras en profundidad al teniente de sección y empieza a hacer fuego contra las mismas.
LAS FASES DEL ATAQUE
En un ataque deliberado, el asaltante contará con un grupo de apoyo, emplazado en un flanco, que hará fuego de ametralladora y de armas contracarro contra la posición enemiga con el fin de neutralizada.
El grupo de fuego de apoyo procurará no malgastar munición al principio, pues cuando llegue el momento del asalto final y del combate a través de las defensas enemigas, necesitará una gran cantidad de munición.
Las unidades de asalto emplearán técnicas de fuego y maniobra a nivel de sección, pelotón, escuadras y, finalmente, de parejas a medida que se acerquen al enemigo y comiencen a penetrar en el sistema defensivo.
La maniobra en saltos cortos y rápidos es posible durante las primeras fases del ataque, cuando el fuego enemigo no es tan pesado ni preciso. Mientras, el elemento de apoyo mantiene al enemigo con la cabeza gacha.
A menos que la posición atacada no tenga profundidad, lo más seguro es que el asaltante deba combatir por etapas, con cierta forma de reorganización después de la toma de cada trinchera y cada casamata.
En este vídeo podemos ver como los marines despejan una serie de trincheras y posiciones fortificadas mediante un ataque deliberado
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